¿Tendremos un pertiguista de altura?

Por Lemay Padrón Oliveros

Confieso que no recuerdo jamás haber leído una noticia en la cual se hablara de una medalla cubana en salto con pértiga (ambos sexos) más allá del ámbito panamericano.
Por eso me sorprendió tanto cuando Lázaro Borges consiguió hace unos días la medalla de bronce en Doha, la capital de Catar, nada menos que durante la primera parada de la Liga del Diamante, heredera de la Liga Dorada, donde tradicionalmente concursan los mejores especialistas en cada modalidad.
Sus 5.60 metros, su mejor registro personal en esta campaña, no es nada del otro mundo en la pértiga, pero si sirve para encaramarse en el podio de una justa de prestigio como esta que organiza a todo bombo la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), pues bienvenido sea.
Para encontrar un desempeño similar hay que remontarse al año 1987, en los Panamericanos de Indianápolis, Estados Unidos, donde Roberto Camino ganó medalla de plata, pero con 5.50, y por casualidades de la vida el propio Camino es hoy su entrenador.
Posteriormente hubo algunos bronces, pero con desempeños mucho más discretos, y ni hablar de lides que involucraran a los mejores del planeta.
No obstante, Borges ha superado a todos y no por gusto es el vigente recordista nacional, desde que en 2008 cruzó la varilla colocada a 5.70 metros en el estadio Pedro Marrero, para dejar atrás los 5.65 de Ángel Eduardo García, desde el 12 de junio de 1992.
Aquel desempeño lo llevó a integrar la delegación cubana a los Juegos Olímpicos de Beijing-2008, donde no pudo colarse en la final al fracasar en sus tres intentos sobre 5.30, pero desde entonces una lesión detuvo su ascenso y no es hasta ahora que reaparece en todo su esplendor. Vale recordar que de haber repetido ese 5.70 hubiera sido tercero en Beijing, así que hablamos de una cota respetable.
Sus 5.60 de ahora constituyen la séptima marca de la temporada, y un acicate para que el joven de 23 años continúe su progresión en esta modalidad tan técnica.
Quizás es pronto para lanzar campanas al vuelo, pero este chico parece ya dispuesto a conquistar el cielo.