A Triesman se le soltó la lengua |
Las recientes acusaciones de corrupción al más alto nivel de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) tienen al organismo en la picota pública, con peligro incluso de que algunos países miembros se retiren, como ya anunció Inglaterra.
Directivos de la nación creadora de esta disciplina acusaron a varios miembros de la FIFA de pedir favores a cambio de apoyar la fallida postulación de Inglaterra a la Copa del Mundo de 2018, ganada en definitiva por Rusia.
Se trata nada menos que del ex presidente de la Federación inglesa, David Triesman, quien acusó a los miembros del comité ejecutivo de la FIFA Jack Warner, Ricardo Teixeira, Nicolás Leoz y Worawi Makudi de pedir favores a cambio de sus votos para la candidatura de Inglaterra.
Según Triesman, el trinitario Warner quería dinero para construir un centro educativo y unos 800 mil dólares para comprar los derechos televisivos para transmitir el Mundial en Haití, el paraguayo Leoz el título de Caballero, Teixeira se consideró con más poder que el presidente brasileño, y el tailandés Makudi quería el control de los derechos de televisión de un amistoso entre Tailandia e Inglaterra.
El directivo europeo, quien encabezó inicialmente la candidatura de su país, declaró al Parlamento británico que en un comienzo no se quejaron para no poner en riesgo las aspiraciones de ser sede del máximo torneo del fútbol mundial.
No obstante, el periódico Sunday Times asegura poseer indicios de que los miembros del comité de la FIFA Issa Hayatou, de Camerún, y Jacques Anouma, de Costa de Marfil, recibieron pagos de 1.5 millones de dólares por parte de Catar para obtener la sede de 2022.
Otros dos miembros del comité ejecutivo, el nigeriano Amos Adamu y el tahitiano Reynauld Temarii, fueron suspendidos por el Comité de Ética de la FIFA el año pasado después de una investigación del propio Sunday Times sobre el proceso de selección de sedes mundialistas.
Hasta el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacque Rogge, ha pedido transparencia, y aunque todavía no se ha podido mostrar ninguna prueba contundente, pero cuando el río suena…
Imagino que Joseph Blatter esté a punto de arrancarse los pocos pelos que le quedan ya en su cabeza, a tres semanas antes de presentarse a otra reelección como presidente de la FIFA.
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