Por Lemay Padrón Oliveros
Hace apenas unas horas comentábamos sobre la sorpresiva inclusión de Granma en la final del torneo nacional de boxeo por equipos en detrimento de Guantánamo, uno de los conjuntos tradicionales, y nos parecía que era suficiente imprevisto por este año.
Pues ahora el asombro fue mucho mayor, porque Matanzas acaba de eliminar a Pinar del Río por la zona occidental, tras ganarle el duelo bilateral seis triunfos por cuatro.
Los yumurinos habían arrancado muy bien esta eliminatoria y marchaban en el primer puesto, pero todos pensábamos que cuando chocaran con La Habana y Pinar, los dos grandes de esta región, ahí terminaría su embullo por llegar a la finalísima.
Si Granma ya había logrado esto antes, en el caso de los de la Atenas de Cuba se trata de su primera incursión al más alto nivel, pues en Occidente siempre reinaron capitalinos y pinareños.
Se trata de un territorio donde no nacen muchos boxeadores de relevancia, al contrario de la más occidental de nuestras provincias, cuna de muchísimos campeones.
Ahora Matanzas avanzó sobre todo gracias al aporte del minimosca Santiago Amador, el pluma Landy Guerra, el mediano William Scull y el supercompleto Yuniesky Chivás (protagonista del éxito crucial contra Pinar), todos con balance de cuatro victorias y un solitario fracaso.
La reflexión propuesta antes al colectivo técnico guantanamero la extendemos ahora al pinareño, quizás más profunda en este caso, porque los yumurinos están muy por debajo de los granmenses, y esto seguramente se apreciará en la gran final, colocada definitivamente en Santiago de Cuba tras la eliminación de Guantánamo.
Vale recordar que para la instancia decisiva, prevista a finales del próximo mes, los miembros de la preselección nacional reforzarán a sus respectivos equipos, una noticia intrascendente para los de la Atenas de Cuba, quienes no cuentan con efectivos en ese concentrado.
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