Por Lemay Padrón Oliveros
Un tope que terminó sirviendo para dos cosas a la vez, un partido
final a solamente siete entradas y con dos árbitros, y otros detallitos,
convirtieron a la gira del equipo cubano de béisbol por Estados Unidos
en una incursión bastante atípica.
Es poco serio un evento que tiene de por sí esas características, pero tratemos de sacar las cosas positivas.
En primer lugar, un tope siempre viene bien para engrasar la
maquinaria, aunque sea a medias como ha sucedido ahora, con bajas en
medio de la gira, efectivos que se incorporarán luego y el rejuego de
siempre entre el querer probar lo que tienes sin enseñar demasiado.
A diferencia de los topes anteriores, esta vez, con apenas días de
diferencia, enfrentamos a equipos que volveremos a ver en los
Panamericanos, y no conviene del todo mostrar las armas, otro aspecto
que conspiró contra un mejor espectáculo.
Dichas todas estas peculiaridades, no puede obviarse que se vio a
nuestros peloteros desajustados al bate, sorprendidos (una vez más) por
la velocidad de los bisoños lanzadores norteños. Una máquina de pitcheo
puede enviar pelotas más veloces que cualquier lanzador, y de esas las
hay en Cuba; no entiendo por qué no se hace más énfasis en ese aspecto
en los entrenamientos. Evidentemente, no es lo mismo enfrentar a una
máquina que a un ser pensante, pero a veces dio la impresión de que
nuestros bateadores no la veían pasar, como se dice vulgarmente.
Poco a poco Roger Machado fue buscando variantes, con algunas jugadas
a la ofensiva, y la mayoría salieron bien, por eso confío en que en los
Panamericanos, ya sin reservas de ningún tipo, se explote al máximo el
talento de este plantel, inferior al de otros años, pero con lo mejor de
lo que se puede disponer en la actualidad.
Preocuparon también algunos lanzadores demasiado confiados, colocando
sus disparos demasiado en el centro del plato, y en consecuencia
castigados, porque se sabe que estos muchachos tienen calidad aunque
sean muy jóvenes.
Si nos fuéramos a guiar exclusivamente por los resultados, no hay
demasiado optimismo para la cita continental, pero no olvidemos que esto
era un tope de preparación, sigo confiando en que la dirección del
plantel no quiso emplearse a fondo y guardó arsenal bajo la manga. En
Toronto se verá.
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