Por Lemay Padrón Oliveros
Hasta esta edición
de los Juegos Panamericanos, Cuba había sido uno más en el
concierto continental, pero a partir de Cali, la mayor de las
Antillas quedó siempre en el segundo puesto, a excepción de La
Habana-1991, cuando asaltó el primero.
De apenas siete
medallas de oro conquistadas en Winnipeg-1967 pasó en Cali a 31, de
las 16 de plata a 49, y de las 24 de bronce a 25. El total de 47
subió a 105, y si en tierra canadiense fueron producto de cinco
deportes, en esta ocasión surgieron de 10.
La hazaña más
encumbrada la consiguió el saltador de triple Pedro Pérez Dueñas.
Con solamente 19 años, y una constitución física más bien endeble
e impropia para esa modalidad, no se pensó que podría superar al
brasileño Nelson Prudencio, subcampeón olímpico en México-1968,
donde durante minutos tuvo la marca mundial en su poder.
Sin
embargo, el caribeño sorprendió a todos con un espectacular salto
de 17 metros y 40 centímetros, que dejó con la boca abierta a
todos.
El registro tenía un centímetro más que el vigente
récord mundial del soviético Víctor Saneev, y rápidamente lo
convirtió en una estrella mundial.
Desgraciadamente, nunca más
pudo acercarse a esa cota, y al año siguiente la suerte no lo
acompañó en la cita estival de Munich-1972, pues se lesionó en la
clasificación y miró desde la tribuna como Saneev recuperaba el
primado.
Mejor estuvo en Montreal-1976, con un cuarto lugar, pero
Pérez Dueñas nunca volvió a rozar la perfección como aquella
noche en Cali.
Uno de los puntales de la delegación cubana fue el
gimnasta Jorge Rodríguez, quien aportó cuatro primeros puestos de
los cinco obtenidos por su país. Rodríguez se coronó como máximo
acumulador, en caballo con arzones, barra fija y por equipos.
Buena
contribución hicieron las pesas, con siete máximos pergaminos, con
destaque para Rolando Chang, quien dominó los tres movimientos
tradicionales en la división de 56 kilogramos.
El atletismo tuvo
otros destacados como el jamaiquino Donald Quarrie y el
estadounidense Frank Shoeter.
Quarrie, oro olímpico en 200 y
plata en 100 metros planos en Montreal-1976 y bronce en 100 en
Moscú-1980, deslumbró en l00 y 200, está última prueba con
excelente crono de 19.86 segundos, para igualar el récord
planetario. Además, guió al cetro a la posta 4x100 de su país, su
tercer oro en la cita de 1971.
Por su parte, Shoeter se impuso en
los 10 mil y la maratón, prueba en la que ganó el oro estival en
Munich.
Las cubanas Carmen Romero y Tomasa Núñez ganaron en
disco y jabalina, respectivamente, los primeros cetros para su país
en estas especialidades, en las cuales fueron con posterioridad
grandes dominadoras.
En disco, desde Cali-1971 hasta
Guadalajara-2011, Cuba perdió el oro solamente en 1999 y 2003, y en
jabalina únicamente no fue cubana la ocupante del puesto central del
podio en 1975 y 2003.
En definitiva, Estados Unidos triunfó en 25
de las 37 modalidades, y solamente Canadá (5), Jamaica (4) y Cuba
(3) lograron arrebatarle títulos.
La plaza de toros de
Cañaveralejo fue la sede del boxeo, donde el venezolano Francisco
"Morochito" Rodríguez (51 kilogramos) reafirmó el oro
panamericano de Sao Paulo-1963 y el olímpico de México-1968.
No
obstante, los grandes dominadores fueron los cubanos, que festejaron
en sus cuatro finales, con los triunfos de Enrique Regüeiferos (63),
Rolando Garbey (71), Emilio Correa (67) y Rafael Carbonell (48).
Con
bronce finalizó quien luego fuera el mejor boxeador amateur de todos
los tiempos, Teófilo Stevenson, superado en semifinales por el
estadounidense Duane Bobick, de quien luego se tomaría justa
venganza en Munich, en la primera de sus tres coronaciones
olímpicas.
Colombia tuvo su gran ídolo en el antioqueño Martín
Emilio Rodríguez, conocido como Cochise, quien cubrió de gloria al
ciclismo latinoamericano al convertirse en recordista mundial de la
hora y campeón mundial de persecución individual.
En el velódromo de la Unidad Deportiva Alfredo Galindo tuvo prácticamente
su despedida del amateurismo, porque poco después lo declararon
profesional y le impidieron competir en Munich-1972.
No obstante,
en Cali dejó profunda huella al imponerse en persecución individual
y por equipos.
Los escenarios acuáticos continentales vivieron en
Cali la despedida de uno de sus símbolos, el remero argentino
Alberto Demiddi, quien subió dos veces a lo alto del podio.
A
sus 27 años, Demiddi ya era campeón del mundo, vencedor
en las regatas de Henley, cuatro veces campeón sudamericano, ganador
en Winnipeg-1967 y el bronce olímpico de México-1968.
En el
single scull apabulló completamente al estadounidense Bill Tytus,
quien llegó 22 segundos detrás suyo, en un exhibición de técnica
y fuerza.
También lideró el cuádruple par de Argentina, y al
año siguiente finalizó segundo en la prueba individual en Munich y
se retiró.
La natación volvió a mostrar amplio dominio de
Estados Unidos, quebrado por el ecuatoriano Jorge Delgado, quien
sorprendió al imponerse en 200 mariposa. Cuatro años después ganó
los 200 libre, las únicas preseas que posee Ecuador en la natación
panamericana.
Guatemala festejó en Cali su primer oro
panamericano, gracias al tirador Víctor Castellanos, ganador en la
pistola de tiro rápido. Tendrían que esperar hasta Mar del
Plata-1995 para volver a saborear el metal áureo en este deporte.
En los deportes colectivos, Cuba comenzó su serie de triunfos en
el voleibol de ambos sexos y recuperó el cetro de béisbol, Brasil
hizo doblete en básquetbol y Argentina ganó el fútbol y repitió
en hockey sobre césped masculino.
El aniversario 20 de los
Juegos se celebró con récord de asistencia, con dos mil 996 atletas
de 31 países, y la sola ausencia de Honduras, en una justa que no
contó con el tenis pero vio el debut del judo.
Al final los
organizadores se llevaron casi todos los méritos, porque la justa
organizada entre el 31 de julio y el 13 de agosto de 1971 cumplió
con todas las expectativas tanto por los preparativos como las
instalaciones, el esfuerzo de los atletas y la calidez humana de los
caleños.
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