Por Lemay Padrón Oliveros
Por tercera vez México acogió la cita continental,
pero fue esta la primera ocasión en que lo hizo fuera de la capital,
al trasladarlos hasta la bella Guadalajara, en la costa oeste.
Los
XVI Juegos Panamericanos contaron con vistosas ceremonias de
inauguración (14 de octubre) y clausura (30 de octubre), ambas
escenificadas en el moderno estadio Omnilife, y estrenaron
disciplinas como el rugby y el ciclismo BMX.
Como
en Río de Janeiro-2007, el Rey de los Juegos fue el nadador
brasileño Thiago Pereira, quien esta vez obtuvo oros en 100 y 200
espalda, 200 y 400 combinado, y los relevos 4x100 libre y combinado,
además de plata en el 4x200 libre y bronce en los 200 pecho.
No
obstante, la figura más rutilante en las piscinas era su compatriota
Cesar Cielo Filho, quien venía con la aureola de ser campeón
olímpico y mundial, y recordista del orbe en 50 libre. En la urbe
tapatía Cielo Filho cosechó cuatro máximos pergaminos, y renovó
los records en 100 y 50 libre.
Entre
las damas la reina también salió de una piscina, y fue la
estadounidense Elizabeth Anne Pelton,
ganadora en 200 espalda, 4x100 libre y combinado, y 4x200 libre,
incluidos dos récords de manera personal, además de finalizar
segunda en 100 espalda.
La
natación fue todo un estandarte para la nación norteña, pues
también finalizaron como multimedallistas Amanda Kendall (cuatro
oros), Erika Acuff
Erndl
(3) y Julie Ashley Zetlin (3), en un gran total de 18 coronaciones.
Para
la nación sede las mayores alegrías estuvieron en el tanque de
clavados, donde ganaron los ocho títulos, con destaque para Paola
Espinosa, quien se coronó en los sincronizados de trampolín y
plataforma, y en la plataforma invididual, y fue tercera en el
trampolín a título personal.
Cuba
tuvo una gran actuación en el atletismo, con 18 preseas de oro y
ocho récords continentales, mientras que Estados
Unidos fue apenas tercero en esta disciplina, de las más encumbradas
en su historia, al llevar a una delegación con atletas inexpertos.
Específicamente
sobresalieron las coronaciones de los pertiguistas Lázaro Borges y
Yarisley Silva y del decatlonista Leonel Suárez, todos dando a Cuba
el título por primera vez en la historia en estas modalidades.
La
mayor de las Antillas dominó también las pesas, pero Colombia llevó
a los libros 10 nuevos registros, tres de ellos para Oscar Figueroa
(62 kilogramos). Como dato curioso, en los 63 kilos para damas fueron
implantadas 13 cotas regionales, por lo que muchas recordistas lo
fueron por apenas minutos.
Los
cubanos estuvieron casi perfectos en el boxeo, donde ganaron ocho
oros de nueve posibles, pues no tuvieron representante en la máxima
división.
En
el judo hubo una dura porfía entre Cuba y Brasil, ambos dueños de
seis coronas, con la nación caribeña mejor entre las damas, y la
suramericana con dominio entre los varones.
Venezuela
encandiló en en el ciclismo de pista, donde desplazó a Colombia del
primer puesto al obtener cinco cetros con igual cantidad de cotas
continentales, aunque cuando se sumaron la ruta, el ciclismo de
montaña y el BMX fueron sus vecinos los máximos ganadores sobre
bielas.
Mención
aparte para la venezolana Daniela Larreal, oro en keirin y velocidad
por equipos, además de establecer primado a título personal, aunque
en la final cedió ante la cubana Lisandra Guerra.
Brasil
fue el mejor en el voleibol de playa y sala en ambos sexos, la vela y
el balonmano femenino, Estados
Unidos en la arquería, el boliche, el tiro, la equitación, la
esgrima, la gimnasia artística y rítmica, el hockey y el softbol
femenino, el polo y el esquí acuático en los dos sexos.
Asimismo,
Cuba reinó además en el canotaje y la lucha, Canadá en el béisbol,
el bádminton, el fútbol femenino y el nado sincronizado, Argentina
en el balonmano, el hockey masculino y el remo, Colombia en el tenis,
México en el racquetbol, el frontenis y el fútbol varonil, y Puerto
Rico en el baloncesto en ambos sexos.
En
definitiva se impuso Estados Unidos en el medallero general, con
cosecha de 92 preseas doradas, 79 plateadas y 65 bronceadas, seguido
por Cuba (58-35-43), Brasil (48-35-58) y México (42-41-50).
MOMENTOS
Y SOMBRAS
Sin
la algarabía que lo secundaba cuando destrozaba redes, incluso sin
el dispositivo de seguridad pensado para un diputado, el exdelantero
brasileño Romario de Souza llegó a Guadalajara para debutar como
comentarista de fútbol.
En las instalaciones del Centro Internacional de Transmisiones (IBC) instalado en la Expo Guadalajara causó gran revuelo entre los periodistas que cubrían la justa panamericana, y ofreció al día siguiente una conferencia.
En las instalaciones del Centro Internacional de Transmisiones (IBC) instalado en la Expo Guadalajara causó gran revuelo entre los periodistas que cubrían la justa panamericana, y ofreció al día siguiente una conferencia.
Dentro
del capítulo de las sombras, hay que señalar el transporte, que
golpeó a los reporteros por la lejanía de las instalaciones, los
demorados tiempos de salida, la poca seriedad en los horarios y la
nula interconectividad.
El
promedio de llegada a los recintos deportivos era de 45 minutos, los
viajes eran solamente cada una hora, y no había interconectividad
entre las sedes; había que regresar siempre al Centro de Prensa
aunque dos instalaciones estuvieran en la misma zona.
Por suerte a voluntarios y encargados del transporte les sobraba amabilidad, y eso siempre es un aliciente, pero son detalles que no deben fallar en un certamen de este nivel.
Por suerte a voluntarios y encargados del transporte les sobraba amabilidad, y eso siempre es un aliciente, pero son detalles que no deben fallar en un certamen de este nivel.
Otra
pequeña mancha fueron las medallas entregadas, particularmente las
de bronce, pues algunas de ellas sufrieron decoloración tras ser
recibidas por los deportistas.
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