domingo, 12 de julio de 2015

Guadalajara-2011, la fiesta tapatía

Por Lemay Padrón Oliveros 

Por tercera vez México acogió la cita continental, pero fue esta la primera ocasión en que lo hizo fuera de la capital, al trasladarlos hasta la bella Guadalajara, en la costa oeste.
Los XVI Juegos Panamericanos contaron con vistosas ceremonias de inauguración (14 de octubre) y clausura (30 de octubre), ambas escenificadas en el moderno estadio Omnilife, y estrenaron disciplinas como el rugby y el ciclismo BMX.
Como en Río de Janeiro-2007, el Rey de los Juegos fue el nadador brasileño Thiago Pereira, quien esta vez obtuvo oros en 100 y 200 espalda, 200 y 400 combinado, y los relevos 4x100 libre y combinado, además de plata en el 4x200 libre y bronce en los 200 pecho.
No obstante, la figura más rutilante en las piscinas era su compatriota Cesar Cielo Filho, quien venía con la aureola de ser campeón olímpico y mundial, y recordista del orbe en 50 libre. En la urbe tapatía Cielo Filho cosechó cuatro máximos pergaminos, y renovó los records en 100 y 50 libre.
Entre las damas la reina también salió de una piscina, y fue la estadounidense Elizabeth Anne Pelton, ganadora en 200 espalda, 4x100 libre y combinado, y 4x200 libre, incluidos dos récords de manera personal, además de finalizar segunda en 100 espalda.
La natación fue todo un estandarte para la nación norteña, pues también finalizaron como multimedallistas Amanda Kendall (cuatro oros), Erika Acuff Erndl (3) y Julie Ashley Zetlin (3), en un gran total de 18 coronaciones.
Para la nación sede las mayores alegrías estuvieron en el tanque de clavados, donde ganaron los ocho títulos, con destaque para Paola Espinosa, quien se coronó en los sincronizados de trampolín y plataforma, y en la plataforma invididual, y fue tercera en el trampolín a título personal.
Cuba tuvo una gran actuación en el atletismo, con 18 preseas de oro y ocho récords continentales, mientras que Estados Unidos fue apenas tercero en esta disciplina, de las más encumbradas en su historia, al llevar a una delegación con atletas inexpertos.
Específicamente sobresalieron las coronaciones de los pertiguistas Lázaro Borges y Yarisley Silva y del decatlonista Leonel Suárez, todos dando a Cuba el título por primera vez en la historia en estas modalidades.
La mayor de las Antillas dominó también las pesas, pero Colombia llevó a los libros 10 nuevos registros, tres de ellos para Oscar Figueroa (62 kilogramos). Como dato curioso, en los 63 kilos para damas fueron implantadas 13 cotas regionales, por lo que muchas recordistas lo fueron por apenas minutos.
Los cubanos estuvieron casi perfectos en el boxeo, donde ganaron ocho oros de nueve posibles, pues no tuvieron representante en la máxima división.
En el judo hubo una dura porfía entre Cuba y Brasil, ambos dueños de seis coronas, con la nación caribeña mejor entre las damas, y la suramericana con dominio entre los varones.
Venezuela encandiló en en el ciclismo de pista, donde desplazó a Colombia del primer puesto al obtener cinco cetros con igual cantidad de cotas continentales, aunque cuando se sumaron la ruta, el ciclismo de montaña y el BMX fueron sus vecinos los máximos ganadores sobre bielas.
Mención aparte para la venezolana Daniela Larreal, oro en keirin y velocidad por equipos, además de establecer primado a título personal, aunque en la final cedió ante la cubana Lisandra Guerra.
Brasil fue el mejor en el voleibol de playa y sala en ambos sexos, la vela y el balonmano femenino, Estados Unidos en la arquería, el boliche, el tiro, la equitación, la esgrima, la gimnasia artística y rítmica, el hockey y el softbol femenino, el polo y el esquí acuático en los dos sexos.
Asimismo, Cuba reinó además en el canotaje y la lucha, Canadá en el béisbol, el bádminton, el fútbol femenino y el nado sincronizado, Argentina en el balonmano, el hockey masculino y el remo, Colombia en el tenis, México en el racquetbol, el frontenis y el fútbol varonil, y Puerto Rico en el baloncesto en ambos sexos.
En definitiva se impuso Estados Unidos en el medallero general, con cosecha de 92 preseas doradas, 79 plateadas y 65 bronceadas, seguido por Cuba (58-35-43), Brasil (48-35-58) y México (42-41-50).

MOMENTOS Y SOMBRAS

Sin la algarabía que lo secundaba cuando destrozaba redes, incluso sin el dispositivo de seguridad pensado para un diputado, el exdelantero brasileño Romario de Souza llegó a Guadalajara para debutar como comentarista de fútbol.
En las instalaciones del Centro Internacional de Transmisiones (IBC) instalado en la Expo Guadalajara causó gran revuelo entre los periodistas que cubrían la justa panamericana, y ofreció al día siguiente una conferencia.
Dentro del capítulo de las sombras, hay que señalar el transporte, que golpeó a los reporteros por la lejanía de las instalaciones, los demorados tiempos de salida, la poca seriedad en los horarios y la nula interconectividad.
El promedio de llegada a los recintos deportivos era de 45 minutos, los viajes eran solamente cada una hora, y no había interconectividad entre las sedes; había que regresar siempre al Centro de Prensa aunque dos instalaciones estuvieran en la misma zona.
Por suerte a voluntarios y encargados del transporte les sobraba amabilidad, y eso siempre es un aliciente, pero son detalles que no deben fallar en un certamen de este nivel.
Otra pequeña mancha fueron las medallas entregadas, particularmente las de bronce, pues algunas de ellas sufrieron decoloración tras ser recibidas por los deportistas.

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