Hace unos días se dio a conocer el sorteo para la venidera Serie
Mundial de Boxeo, la cual tendrá varias novedades con respecto a la
anterior, con la vuelta de franquicias que existieron anteriormente, y
la inclusión de otras.
Serán
ahora 12 los equipos y no 10 como el año anterior, aunque se mantiene
el formato de dos grupos que se enfrentan todos contra todos en topes de
ida y vuelta.
Sin embargo, a diferencia del año anterior, el ganador de cada llave esta vez no afrontará los cuartos de final, sino que está sembrado en semifinales, un merecido premio para quien más se entregue durante toda la fase eliminatoria. Pero además, la V Serie Mundial tendrá el atractivo extra de servir como primer evento clasificatorio para los venideros Juegos Olímpicos de Río de Janeiro-2016, y eso seguramente elevará el interés de los principales pugilistas del mundo y por ende, la calidad del certamen.
Esta versión que acabamos de vivir no contó con la asiduidad esperada de los mejores boxeadores del estilo olímpico, quienes rotaron bastante en cada plantel, a excepción de Cuba, que casi siempre peleó con los mismos.
En las postrimerías de la IV Serie el técnico principal de la escuadra caribeña, Rolando Acebal, exteriorizó a este reportero su interés de rotar más en la versión venidera, pero el incentivo de los boletos estivales será un problema, porque si se rota cada púgil tiene menos opciones de sumar puntos, y así es como se deciden los clasificados.
Por eso me parece que esta V Serie será para Cuba muy parecida a la IV, aunque la nómina sea de 30 integrantes.
Este método clasificatorio se antoja más accesible y más justo, porque en un torneo Mundial o continental todo puede perderse en una mala noche, o por cruzarse demasiado pronto con un oponente de prestigio, o hasta por un mal arbitraje o un golpe de suerte del contrario.
Seguramente el nivel subirá con respecto a la Serie pasada, pero hay más oportunidades de alcanzar el cupo porque habrá más combates, y Cuba debe tratar de recoger la mayor cantidad de pasaportes en esta lid, para dejar “en el aire” dos o tres divisiones solamente, a buscar su derecho en un torneo más corto, donde cualquier cosa puede pasar.
Si en los más recientes Juegos Olímpicos no hemos podido asistir con escuadra completa, en estos se abre el abanico de posibilidades y probablemente volvamos con toda la nave insignia a la lid bajo los cinco aros.
Sin embargo, a diferencia del año anterior, el ganador de cada llave esta vez no afrontará los cuartos de final, sino que está sembrado en semifinales, un merecido premio para quien más se entregue durante toda la fase eliminatoria. Pero además, la V Serie Mundial tendrá el atractivo extra de servir como primer evento clasificatorio para los venideros Juegos Olímpicos de Río de Janeiro-2016, y eso seguramente elevará el interés de los principales pugilistas del mundo y por ende, la calidad del certamen.
Esta versión que acabamos de vivir no contó con la asiduidad esperada de los mejores boxeadores del estilo olímpico, quienes rotaron bastante en cada plantel, a excepción de Cuba, que casi siempre peleó con los mismos.
En las postrimerías de la IV Serie el técnico principal de la escuadra caribeña, Rolando Acebal, exteriorizó a este reportero su interés de rotar más en la versión venidera, pero el incentivo de los boletos estivales será un problema, porque si se rota cada púgil tiene menos opciones de sumar puntos, y así es como se deciden los clasificados.
Por eso me parece que esta V Serie será para Cuba muy parecida a la IV, aunque la nómina sea de 30 integrantes.
Este método clasificatorio se antoja más accesible y más justo, porque en un torneo Mundial o continental todo puede perderse en una mala noche, o por cruzarse demasiado pronto con un oponente de prestigio, o hasta por un mal arbitraje o un golpe de suerte del contrario.
Seguramente el nivel subirá con respecto a la Serie pasada, pero hay más oportunidades de alcanzar el cupo porque habrá más combates, y Cuba debe tratar de recoger la mayor cantidad de pasaportes en esta lid, para dejar “en el aire” dos o tres divisiones solamente, a buscar su derecho en un torneo más corto, donde cualquier cosa puede pasar.
Si en los más recientes Juegos Olímpicos no hemos podido asistir con escuadra completa, en estos se abre el abanico de posibilidades y probablemente volvamos con toda la nave insignia a la lid bajo los cinco aros.
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