Por Lemay Padrón Oliveros
Increíble,
pero cierto. Estando 1-3 debajo, Pinar del Río remontó y eliminó a
Industriales en la semifinal, en un séptimo juego en el que incluso
tenía todas las de perder con un pitcheo muy diezmado.
Curiosamente el juego donde supuestamente peor estaba el pitcheo para Pinar, fue en el que mejor lanzaron.
Loa
azules no le batearon a un Erlis Casanova que no llegaba a las 90
millas y casi todo era a base de rectas, ni tampoco a sus relevos.
Alfonso
“El librito” Urquiola, como de costumbre, hizo en esta serie los
cambios necesarios (William Saavedra al cuarto turno, Osniel Madera por
Luis Alberto Valdés) y las jugadas precisas. En el caso de Saavedra, muy
loable la vergüenza, porque además de ser letal en cada desafío, jugó
con molestias que le impedían correr en las bases.
Lázaro
Vargas es de las pocas personas que tropieza varias veces con la misma
piedra. En la postemporada de hace dos años perdió varios juegos por
poner a lanzadores inexpertos, y ahora en el sexto volvió a hacerlo
cuando trajo a Yanier Valdés; no es lo mismo un juego 1x2, que era como
estaba, que 1x6. Tenía a Pedro Durán, entre otros.
En
el quinto juego tampoco exprimieron a Yosvani Torres para sacarlo del
box antes por cantidad de lanzamientos, y la alineación tampoco me
convenció, quizás la del último juego era la verdadera de Industriales,
con Alexander Malleta por Yasmani Tomás, que ha estado lesionado.
Además,
Vargas muy conservador con el toque de Raiko Olivares (de sus mejores
bateadores) apenas en el segundo inning, y luego cuando tuvo una
situación similar en el séptimo no lo hizo. En la segunda ocasión estaba
debajo, pero primero hay que empatar y después ganar. Si a esto se le
agregan los corridos desastrosos de los primeros episodios (no sé si
inspiración personal u ordenados por el coach), poco se puede hacer. No
importa si el árbitro cantó bien o no.
En
cuanto a la fabricación de carreras, mucho dejó que desear la nave
azul, con el mayor por ciento de las carreras anotadas ya son con dos
outs. Y 0, LEAN BIEN 0 fly de sacrificios, cuando sobraron las
oportunidades. No por gusto dejaron ¡54! corredores en circulación, y
esto no es responsabilidad del mentor.
Si
vamos a la velocidad en función de la ofensiva, Pinar respetó menos a
Frank Camilo que Industriales a Lorenzo Quintana, con cuatro estafadas y
un cogido para los azules y tres y tres los pinareños, que como se
aprecia, lo intentaron tantas veces como los capitalinos.
Independientemente
de que los pitchers se descuiden, esto muestra muy poco respeto para el
receptor que mejor controló el juego veloz de los rivales en toda la
Serie, y demasiado para el rey de las estafas permitidas.
En
definitiva, ganó quien mejor hizo las cosas, quien más garra puso sobre
el terreno, y quien, resumen, hizo lo que tenía que hacer desde todo
punto de vista.
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