jueves, 10 de abril de 2014

Reglamento demasiado flexible


Por Lemay Padrón Oliveros

Strike cantado al arbitraje.
Lo de este año con las violaciones al reglamento ya pasa de castaño a oscuro, y bien oscuro.
No bastó con la desastrosa actuación de la Comisión Nacional al sancionar al árbitro que expulsó tempranamente a Vladimir García por propinar un pelotazo, ni con la otra, más desastrosa si se puede, de castigar prácticamente midiendo por el mismo rasero, a un lanzador que da un dead ball y a un pelotero que sale bate en mano buscando venganza sin medir las consecuencias.
Lo primero ya fue reconocido públicamente por el jefe de reglas y arbitraje, quien dijo ante las poderosas cámaras de la televisión nacional, que la única causa posible para sustituir a un imparcial en medio de un juego, es por indisposición del colegiado. ¿Deberemos esperar tantos meses para que se reconozca también la metedura de pata en el incidente Freddy Asiel-Demis Valdés?
Llegó la postemporada y muchos hicimos llamados desde todas las trincheras para que el espectáculo se salvara con la mejor actuación posible de los llamados hombres de negro.
Sin embargo, más allá de las equivocaciones al parecer intrínsecas en el arbitraje cubano, en los últimos días dos acontecimientos han dejado bastante mal parados a quienes deben regir lo estipulado dentro de un diamante beisbolero.
En primer lugar, estuvo la famosa jugada del Latinoamericano, que nunca debió llegar a dilucidarse por el video, porque sencillamente no estaba incluida en la lista de posible consulta. Lázaro Vargas probablemente no pensó nunca que a partir de ahí vendría la debacle de su equipo y no pasó a mayores, quizás también por respeto a la afición reunida por miles en el estadio Latinoamericano.
Por si esto fuera poco, al comenzar el primer juego de la final entre los dos mejores conjuntos del campeonato (demostrado en la clasificatoria y en las semifinales), el director de los anfitriones se aparece con regalos para los árbitros.
No sé si esto está escrito EN BLANCO Y NEGRO en el Código de Ética de los árbitros, pero si no está explícitamente, TIENE QUE ESTAR en el ADN de cada hombre dispuesto a impartir justicia entre dos bandos. Para nada creo que esto haya incidido luego en la actuación de los imparciales en el desafío de marras, pero la imagen dejada realmente es bastante fea. En ningún deporte y en ninguna geografía he visto esto.
También me llamó la atención, para rematar, que desde hace rato no veo el minuto de silencio para arriar la bandera después de las seis de la tarde, como fue siempre costumbre en cada partido, y como nos enseñan a todos desde la primaria.
En fin, que me da la impresión de que este 2014 el reglamento ha sido demasiado flexible en demasiados aspectos.

No hay comentarios: