Hace rato esperaba una actuación así del guantanamero Erislandy Savón, porque su calidad lo merecía. El colectivo técnico finalmente se dio cuenta de que la mejor división para el sobrino de la leyenda es precisamente la misma que vio brillar a su tío, y la actual Serie Mundial de Boxeo lo ha confirmado.
Luego de
sortear a rivales más o menos complicados, pero ninguno con verdadero aval
entre las 12 cuerdas, el caribeño tenía ante sí su gran prueba de fuego este
jueves frente al ruso Evgueny Tischenko, vigente subcampeón del mundo.
El
gigantón de casi dos metros había impresionada gratamente en el anterior
certamen del orbe, donde solamente lo detuvo la maña del multimedallista
italiano Clemente Russo.
El
gigante del Guaso hizo caso omiso también a la presión de saber que el
desenlace del tope completo estaba en sus puños, y no solamente el de este
duelo de ida, pues para la vuelta Cuba vuelve a salir en desventaja en dos
combates, y una igualada dejaría una incógnita para el desafío de desempate
(contando con un 3-2 en La
Habana , claro), pues Leiner Peró no había visto acción en
toda la Serie ,
y seguramente le tocaría boxear ante un púgil con mayor fogueo.
Finalmente
Erislandy dio un golpe de autoridad ante un rival importante, algo que le
faltaba desde que fue promovido al equipo grande tras coronarse en el Mundial
juvenil de Guadalajara.
La
confianza ganada a lo largo de este torneo ha sido fundamental para ver a un
Erislandy completamente suelto, listo para hacerle frente a cualquiera en este
peso.
Y eso
mismo es lo que falta a los dos debutantes de la escuadra cubana en el tope
contra Rusia, porque los dos mostraron credenciales, pero la seguridad en el
boxeo no se gana pegándole a un saco, sino encima del ring.
Para mí
ya esta semifinal está casi sentenciada, pero lo más importante es ser testigo
de la graduación de Erislandy. ¡Enhorabuena!
No hay comentarios:
Publicar un comentario