La confirmación de la inclusión cubana en las semiprofesionales Series Mundiales de Boxeo cogió movido a más de uno, acostumbrado a la sempiterna negativa de las autoridades cubanas a todo aquello que oliera a profesionalismo.
Sin
embargo, y aunque ahora se dio luego de intensas negociaciones para tener un
equipo nacional contra otros multicolores, muchos pensábamos que sería
precisamente Cuba la mayor beneficiada con este paso.
Deportivamente
casi todo son ganancias, porque nuestras principales figuras logran foguearse
con asiduidad y no una vez al año como sucede casi siempre, los técnicos pueden
hacer un mejor estudio de los rivales, y el tedio del entrenamiento se
sustituye con los combates de buen nivel.
Los
únicos puntos en contra son el sistema de pelea, que ahora será de cinco
asaltos y no los tres del mundo puramente amateur, pero según los federativos
esto no constituye un gran problema, y que solamente verán acción
representantes de cinco divisiones, aunque esto posiblemente se amplíe a las 10
de los escenarios olímpicos y mundiales.
Económicamente
todo son ventajas, porque además de los ingresos aportados, se elimina una
parte de la carga que representa tener a tantos boxeadores todo el año
concentrados en la “Finca”, y también los costos de viaje y viáticos mientras
dure la Serie.
Ahora
llega la política, la parte siempre más escabrosa, porque van a enfrentarse a
un mundo totalmente comercial, al cual no están acostumbrados. Sin embargo, me
parece que es más contraproducente intentar tapar el sol con un dedo: la
realidad en todo el planeta es esa, y no podemos seguir mirando a otra parte;
esas son las reglas del juego, las aceptamos o quedamos fuera.
Ya el
hecho de haber logrado competir como equipo es un gran logro, y una vía que
puede aplicarse incluso en otros deportes, como me consta que se ha intentado
en otras ocasiones sin éxito. Evidentemente en todos los deportes a los
organizadores no les interesa tanto la entrada de Cuba como en el boxeo, pero
se pueden evaluar variantes.
El tiempo lo dirá, pero ojalá esto sea solamente un primer paso para abrirse al mundo y no una rara avis para seguir esperando que el mundo se abra a nosotros.
El tiempo lo dirá, pero ojalá esto sea solamente un primer paso para abrirse al mundo y no una rara avis para seguir esperando que el mundo se abra a nosotros.
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