Desde su debut oficial en los Juegos Olímpicos de Sydney-2000, Cuba no ha dejado de mostrarse en el medallero del taekwondo en este tipo de lides.
El camino dorado abierto por Angel Volodia Matos no ha podido ser
igualado, pero sí hemos podido “marcar” en el podio en las dos
ediciones siguientes, gracias a la división mínima femenina, dueña de
tres de las cuatro preseas de este deporte para la mayor de las
Antillas.
Sin embargo, esta vez no tendremos representante en ese peso, aunque Dianellis Montejo lo tenía todo para mejorar el bronce alcanzado en Beijing-2008. Como sucedió con Frank Chamizo en la lucha libre, irrespetar el peso en los Panamericanos de Guadalajara-2011 le costó el boleto olímpico.
En cualquier caso, los tres enviados a la capital británica tienen calidad como para aspirar al estrado de premiaciones.
Nidia Muñoz (57 kilogramos) es quizás la de menos posibilidades, pero su excelente actuación en el preolímpico de México, y luego en la gira europea, hacen pensar en serio en una buena ubicación entre los 16 concursantes de su peso.
Glenhis Hernández (más de 67) es sin dudas una de las principales candidatas al podio en su peso, por su excelente dominio de la distancia y su variedad ofensiva. Solamente los inconvenientes derivados de una lesión sufrida en Europa (deuda de entrenamiento fundamentalmente) le pueden vetar el acceso a los metales, a los cuales aspiran con fuerza dos competidoras latinoamericanas: la mexicana María del Rosario Espinoza y la brasileña Natalia Falavigna.
Por último, Robelis Despaigne (más de 80) es el más avalado del reducido grupo, gracias a su título mundial universitario de Vigo-2010, aunque haya quedado por debajo de las expectativas en otras competiciones importantes de este ciclo.
Londres-2012 será su oportunidad de oro para demostrar que se encuentra en la elite de su división. Su tarea no será nada fácil, pues el surcoreano Cha Dongmin, el griego Alexandros Nikolaidis y el uzbeko Akmal Irgashev le pueden bajar los humos.
El acceso al podio es bien complicado, pero hay talento en los taekwondocas y sapiencia en sus respectivos colectivos técnicos como para pensar en sostener la tradición medallera.
Sin embargo, esta vez no tendremos representante en ese peso, aunque Dianellis Montejo lo tenía todo para mejorar el bronce alcanzado en Beijing-2008. Como sucedió con Frank Chamizo en la lucha libre, irrespetar el peso en los Panamericanos de Guadalajara-2011 le costó el boleto olímpico.
En cualquier caso, los tres enviados a la capital británica tienen calidad como para aspirar al estrado de premiaciones.
Nidia Muñoz (57 kilogramos) es quizás la de menos posibilidades, pero su excelente actuación en el preolímpico de México, y luego en la gira europea, hacen pensar en serio en una buena ubicación entre los 16 concursantes de su peso.
Glenhis Hernández (más de 67) es sin dudas una de las principales candidatas al podio en su peso, por su excelente dominio de la distancia y su variedad ofensiva. Solamente los inconvenientes derivados de una lesión sufrida en Europa (deuda de entrenamiento fundamentalmente) le pueden vetar el acceso a los metales, a los cuales aspiran con fuerza dos competidoras latinoamericanas: la mexicana María del Rosario Espinoza y la brasileña Natalia Falavigna.
Por último, Robelis Despaigne (más de 80) es el más avalado del reducido grupo, gracias a su título mundial universitario de Vigo-2010, aunque haya quedado por debajo de las expectativas en otras competiciones importantes de este ciclo.
Londres-2012 será su oportunidad de oro para demostrar que se encuentra en la elite de su división. Su tarea no será nada fácil, pues el surcoreano Cha Dongmin, el griego Alexandros Nikolaidis y el uzbeko Akmal Irgashev le pueden bajar los humos.
El acceso al podio es bien complicado, pero hay talento en los taekwondocas y sapiencia en sus respectivos colectivos técnicos como para pensar en sostener la tradición medallera.
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