Por Lemay
Padrón Oliveros
Sin armas. Así
se ha visto a Villa Clara en la Serie del Caribe de 2014.
Antes de
arrancar el torneo decíamos que el conjunto cubano tenía para
llegar a la final, pero para eso se debe jugar con exactitud,
contrariamente a lo hecho por el plantel naranja en Isla Margarita,
donde no ha funcionado prácticamente nada.
La ofensiva es
lo que menos mal se ha visto dentro del desastre total. Decimos eso
porque una novena que fabrique cuatro carreras como promedio debe
tener opciones de aspirar a la victoria.
Sin embargo, a
la hora de producir carreras vuelven los problemas de los últimos
años, cuando hacía falta adelantar a un corredor, conseguir un
batazo a los jardines o roletear por el cuadro, no se lograba en el
momento oportuno.
El pitcheo ha
sido demasiado noble, prácticamente sin explotar la vertical ni las
esquinas, y por eso lógicamente fue presa fácil de bateadores
experimentados. Ni abridores ni relevistas -por cierto, nada bien
definidos en este equipo- lograron actuaciones sólidas.
La defensiva
fue desastrosa también, con par de errores por desafío. Esos son de
los que van a los libros, pero hubo otras desconcentraciones,
manifestadas en tiros a destiempo o innecesarios, que también
costaron carreras.
Si a todo eso
se suma que la dirección dejó que desear, especialmente en el
manejo del pitcheo y la no sustitución de Ariel Borrero en aquel
famoso octavo inning, entonces ganar es casi imposible.
La experiencia
es que a estos torneos no se les puede subestimar y se debe ir bien
preparado desde todo punto de vista. Muy mala señal fue que Villa
Clara hubiera perdido un juego con Industriales antes de partir,
cuando el equipo azul estaba en su peor momento.
Visto lo visto,
es preferible que antes de comenzar la Serie Nacional se le diga al
campeón que no irá a la Serie del Caribe, sino a otro torneo
internacional como premio, y dejar la justa caribeña para el equipo
Cuba, que también pudiera sacarle provecho como fogueo.
Cuando con
nuestra selección nacional hayamos recuperado el papel predominante
que tuvimos en los primeros años de la Serie del Caribe, entonces
podemos volver a confiar en un equipo provincial reforzado para
acudir al evento más importante del béisbol en nuestra región.
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