Luego de
otro fracaso extrafronteras, el béisbol cubano regresa a los escenarios
nacionales, con la reanudación de la
Serie 53, en la cual tienen los boletos a la postemporada en
estos momentos Matanzas, Pinar del Río, Villa Clara e Industriales, pero con
muy poco margen sobre el resto.
Volverán
las emociones a nuestros estadios y la pasión de cada cual por su equipo, pero
no deben olvidarse las lecciones aprendidas en Isla Margarita.
Nuestro
béisbol llora y grita por los cambios, como lo haría un recién nacido si le
niegan la leche materna.
Desde ya
hay que sentarse a debatir las ideas para jugar más y mejor pelota en Cuba, y
debatir no está puesto por gusto, es simplemente para recordar que algo tan
grande como el deporte nacional no puede estar regenteado por una o dos
cabezas, se necesita aunar esfuerzos y sumar cualquier iniciativa si es válida,
venga de donde venga.
Las
miradas ahora estarán mucho más atentas a lo que suceda en cada diamante, desde
el juego en sí hasta cosas colaterales como la labor de las mascotas, o las
ideas para involucrar al público en cada desafío.
Igualmente,
sobre la grama aspiramos a ver la misma disciplina vista en suelo venezolano.
¿Por qué será que fuera podemos comportarnos y aquí no? ¿Nos importará más ser
campeones nacionales que de la
Serie del Caribe?
En Nueva
Esparta nos pasamos de educados, jamás se protestó (correctamente, no estoy
incitando a la violencia) y motivos hubo, como un swing rival que los árbitros
no cantaron como strike, la polémica jugada en home con Ariel Borrero en la que
el guante con la pelota no toca al jugador villaclareño, o un out bien estrecho
decretado en primera base.
Ojalá los
ánimos estén tan calmados a domicilio, ojalá también la zona de strike se
aplique como debe ser, para que nuestros lanzadores no vayan a eventos
internacionales pensando que deben lanzar por el medio, ojalá, ojalá, ojalá…
Son unas
cuantas las cosas por mejorar, pero sobre todo hay que jugar pelota, desde los
niños en los placeres hasta esos más de 200 peloteros que quedaron “ociosos”
luego de los primeros 45 juegos. En el terreno es donde de verdad se superan
todos los problemas.
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