martes, 11 de febrero de 2014

Regreso al pasado

Por Lemay Padrón Oliveros

Luego de otro fracaso extrafronteras, el béisbol cubano regresa a los escenarios nacionales, con la reanudación de la Serie 53, en la cual tienen los boletos a la postemporada en estos momentos Matanzas, Pinar del Río, Villa Clara e Industriales, pero con muy poco margen sobre el resto.
Volverán las emociones a nuestros estadios y la pasión de cada cual por su equipo, pero no deben olvidarse las lecciones aprendidas en Isla Margarita.
Nuestro béisbol llora y grita por los cambios, como lo haría un recién nacido si le niegan la leche materna.
Desde ya hay que sentarse a debatir las ideas para jugar más y mejor pelota en Cuba, y debatir no está puesto por gusto, es simplemente para recordar que algo tan grande como el deporte nacional no puede estar regenteado por una o dos cabezas, se necesita aunar esfuerzos y sumar cualquier iniciativa si es válida, venga de donde venga.
Las miradas ahora estarán mucho más atentas a lo que suceda en cada diamante, desde el juego en sí hasta cosas colaterales como la labor de las mascotas, o las ideas para involucrar al público en cada desafío.
Igualmente, sobre la grama aspiramos a ver la misma disciplina vista en suelo venezolano. ¿Por qué será que fuera podemos comportarnos y aquí no? ¿Nos importará más ser campeones nacionales que de la Serie del Caribe?
En Nueva Esparta nos pasamos de educados, jamás se protestó (correctamente, no estoy incitando a la violencia) y motivos hubo, como un swing rival que los árbitros no cantaron como strike, la polémica jugada en home con Ariel Borrero en la que el guante con la pelota no toca al jugador villaclareño, o un out bien estrecho decretado en primera base.
Ojalá los ánimos estén tan calmados a domicilio, ojalá también la zona de strike se aplique como debe ser, para que nuestros lanzadores no vayan a eventos internacionales pensando que deben lanzar por el medio, ojalá, ojalá, ojalá…
Son unas cuantas las cosas por mejorar, pero sobre todo hay que jugar pelota, desde los niños en los placeres hasta esos más de 200 peloteros que quedaron “ociosos” luego de los primeros 45 juegos. En el terreno es donde de verdad se superan todos los problemas.

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