Por Lemay Padrón Oliveros
Ausencias
por diversos motivos provocaron una baja en los resultados del boxeo cubano en
los últimos años, y la subida acelerada de jóvenes a la escuadra principal sin
estar completamente listos para ese paso.
Regresar sin oro en los Juegos Olímpicos de
Beijing-2008, y la consecución de apenas un título en el Mundial de Milán-2009
conllevaron a una reestructuración del colectivo técnico del pugilismo antillano.
La renovación comenzó a rendir sus frutos
con la obtención de par de cetros en el certamen del orbe de Bakú-2011 y otros
tantos en la cita estival de Londres-2012.
Visto superficialmente, el Mundial de boxeo
de Almaty-2013 se parece mucho al de Bakú-2011; el mismo segundo lugar para
Cuba, y los mismos campeones de hace dos años. Sin embargo, en ambos casos los
oros en la ciudad kazaja tuvieron matices de algo más.
Lázaro Álvarez (60 kilogramos )
debutaba en certámenes de este tipo en una nueva división, y prácticamente no
se notó su ascenso, como esperaban técnicos y especialistas, que hasta última
hora estuvieron valorando su subida de peso.
Julio César La Cruz
(81), por su parte, demostró que lo sucedido en Londres-2012 fue apenas consecuencia de una mala noche, y volvió a derrochar
maestría en cada salida al encerado, como lo venía haciendo antes y después de
la fatídica justa cuatrienal.
Yasniel Toledo (64) volvió a quedarse a un
paso del oro, pero ratificó que sin mucho ruido sigue siendo un seguro en el
podio de premiaciones, algo que no es tan fácil de encontrar.
Arisnoidis Despaigne (69) se ganó todos los
elogios posibles. De invitado de última hora se convirtió en la gran revelación
de la comitiva antillana, con una plata que vale muchísimo más en su palmarés,
y sobre todo en su confianza.
Por último, Yosbany Veitía (49) al fin
regresó de una gran competencia planetaria con una presea. Pudo avanzar un poco
más, pero su rival de semifinales también gozaba de gran calidad.
Por debajo quedó el campeón olímpico
Robeisis Ramírez, con todo y que estaba en otro peso, porque hasta el momento
había lucido muy bien en los 56, y debió llegar al estrado de premiaciones.
Los demás, si bien ellos y sus preparadores
aspiraban lógicamente a quedar mejor ubicados, quedaron dentro de lo normal.
Gerardo Cervantes, Ramón Luis y Yoandy
Toirac estaban en su primer Mundial, y en el caso del primero, cayó ante uno de
los grandes de su categoría; y de Erislandy Savón se esperaba más o menos eso,
que boxeara bien y en caso de caer, lo hiciera con las botas puestas.
Eso sí, el objetivo era recuperar el trono y
no se logró. Kazajstán, aunque el arbitraje lo haya ayudado un poco, se preparó
muy bien para este certamen y volvió a colocarse como la potencia que siempre
fue.
La tendencia en los últimos años ha sido de
dominio alterno: Rusia en Milán-2009, Ucrania en Bakú-2011 y ahora Kazajstán,
pero Cuba sigue ahí, y esa muestra de consistencia no es para ser soslayada.
Pese a no cumplirse la meta, todo parece
indicar que el colectivo técnico va por el camino correcto, y los éxitos
seguramente se incrementarán en el futuro.
LATINOAMÉRICA
HALA PAREJO
Los púgiles latinoamericanos firmaron en la ciudad
kazaja de Almaty la mejor actuación global de la región en los últimos 30 años de
estas lides, con el aporte de una mayor cantidad de países, pues
tradicionalmente solo Cuba brillaba con asiduidad.
Esta vez
fueron 10 preseas, distribuidas en dos de oro, tres de plata y cinco de bronce,
y además de la mayor de las Antillas, que aportó 2-2-1, se hicieron presentes
en el medallero Brasil (0-1-1), Costa Rica (0-0-1), Argentina (0-0-1) y
Venezuela (0-0-1).
En el caso
del gigante suramericano, es la segunda ocasión consecutiva que consigue una
gran actuación, pues en Bakú-2011 había cerrado con su primer título en la
historia, además de un tercer lugar.
El boxeo
auriverde ha mostrado grandes progresos en los últimos años, y además de ese
primer oro mundialista, en los Juegos Olímpicos de Londres-2012 sumaron sus
primeros metales en certámenes de ese tipo.
Ahora el
monarca de Bakú-2011 Everton Lopes (64 kilogramos ) no
pudo pasar del tercer puesto, pero su compatriota Robson Conceicao (60) se
estiró hasta la plata, para redondear otra gran actuación.
Conceicao
protagonizó contra el cubano Lázaro Álvarez una final latinoamericana que no se
deba desde Reno-1986, y apenas había ocurrido en tres ocasiones en los casi 40
años de Mundiales.
Histórico
fue el bronce del costarricense David Rodríguez en los 49 kilos, el primero en
toda la historia para su nación, conseguido con mucho esfuerzo gracias a
importantes victorias contra púgiles más avalados como el inglés Jack Bateson, tercer favorito de su división.
También
merecen destaque el argentino Yamil Peralta (91) y el venezolano Gabriel
Maestre (69), que regresaron a sus respectivos países al medallero de estos
torneos luego de Houston-1999 y Milán-2009, respectivamente.
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