lunes, 18 de noviembre de 2013

Malos corridos

Por Lemay Padrón Oliveros


Esto se enseña desde edades tempranas.
Llevamos apenas unos días de Serie Nacional y ya hemos observado varios problemas técnicos, desconcentraciones y errores mentales que han dado al traste con la victoria de algunos equipos. Veamos algunos ejemplos.
Tope Pinar del Río-Industriales, octavo inning, Pinar ganando 2x1. Un corredor en segunda con un out, roletazo al campo corto, el corredor se lanza en busca de la tercera almohadilla, out en tercera. Luego vino un jit al jardín derecho que lo hubiera impulsado para anotar la carrera. Pinar perdió 2x3. Incluso si luego no hubiera existido el batazo impulsador, el corring fue totalmente suicida, y lo peor es que eso está en el ABC del béisbol: siempre que haya un corredor en segunda y salga una conexión hacia su derecha, debe esperar a que la bola pase el cuadro o el antesalista se aleje de la base en busca del batazo para intentar avanzar.
Holguín-Santiago de Cuba, sexta entrada, Holguín ganando 3x0, con hombre en segunda sin out. Sale un machucón a tercera, el antesalista salió a buscarlo y el corredor no aprovechó para avanzar a tercera. Seguidamente vino un elevado a lo profundo del bosque izquierdo que lo hubiera llevado al plato caminando. Con ese otro estacazo tampoco avanzó a tercera en pisa y corre, pero la historia no termina ahí. El siguiente hombre al bate conecta una línea al derecho que se fildea de cordón de zapato. Por la televisión no fui capaz de tener absoluta certeza de que la capturó de aire, pero por si las moscas, el mentor debe apelar al video, ahora que está permitido, en definitiva no tiene nada que perder, porque hasta ese momento el manager tenía la posibilidad de apoyarse en la tecnología y no lo había hecho. Cualquiera fuera el resultado, del séptimo al noveno tiene otras dos oportunidades. Resultado: Santiago dio la vuelta al marcador en el episodio siguiente y ganó 4x3.
Estos son apenas dos ejemplos, de lo que he seguido personalmente en estos días, pero sé que no son los únicos. Técnicos y especialistas deben tener ya la lengua agotada de repetir una y otra vez los fundamentos del juego, pero si no existe la concentración adecuada en el momento preciso, de nada vale que se repitan automáticamente.
Todos estos errores aparentemente inocuos, porque el equipo en cuestión estaba en ventaja, a la postre tuvieron gran incidencia en la derrota. Peor es el que comete la pifia cuando el partido está igualado o van perdiendo, pero insisto, la concentración debe mantenerse durante todo el choque, independientemente de cómo esté el marcador; ahí están los ejemplos, frescos y claros.

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