Esto se enseña desde edades tempranas. |
Llevamos
apenas unos días de Serie Nacional y ya hemos observado varios problemas
técnicos, desconcentraciones y errores mentales que han dado al traste con la
victoria de algunos equipos. Veamos algunos ejemplos.
Tope
Pinar del Río-Industriales, octavo inning, Pinar ganando 2x1. Un corredor en
segunda con un out, roletazo al campo corto, el corredor se lanza en busca de la
tercera almohadilla, out en tercera. Luego vino un jit al jardín derecho que lo
hubiera impulsado para anotar la carrera. Pinar perdió 2x3. Incluso si luego no
hubiera existido el batazo impulsador, el corring fue totalmente suicida, y lo
peor es que eso está en el ABC del béisbol: siempre que haya un corredor en
segunda y salga una conexión hacia su derecha, debe esperar a que la bola pase
el cuadro o el antesalista se aleje de la base en busca del batazo para
intentar avanzar.
Holguín-Santiago
de Cuba, sexta entrada, Holguín ganando 3x0, con hombre en segunda sin out.
Sale un machucón a tercera, el antesalista salió a buscarlo y el corredor no
aprovechó para avanzar a tercera. Seguidamente vino un elevado a lo profundo
del bosque izquierdo que lo hubiera llevado al plato caminando. Con ese otro
estacazo tampoco avanzó a tercera en pisa y corre, pero la historia no termina
ahí. El siguiente hombre al bate conecta una línea al derecho que se fildea de
cordón de zapato. Por la televisión no fui capaz de tener absoluta certeza de
que la capturó de aire, pero por si las moscas, el mentor debe apelar al video,
ahora que está permitido, en definitiva no tiene nada que perder, porque hasta
ese momento el manager tenía la posibilidad de apoyarse en la tecnología y no
lo había hecho. Cualquiera fuera el resultado, del séptimo al noveno tiene otras
dos oportunidades. Resultado: Santiago dio la vuelta al marcador en el episodio
siguiente y ganó 4x3.
Estos son
apenas dos ejemplos, de lo que he seguido personalmente en estos días, pero sé
que no son los únicos. Técnicos y especialistas deben tener ya la lengua
agotada de repetir una y otra vez los fundamentos del juego, pero si no existe
la concentración adecuada en el momento preciso, de nada vale que se repitan
automáticamente.
Todos
estos errores aparentemente inocuos, porque el equipo en cuestión estaba en
ventaja, a la postre tuvieron gran incidencia en la derrota. Peor es el que
comete la pifia cuando el partido está igualado o van perdiendo, pero insisto,
la concentración debe mantenerse durante todo el choque, independientemente de
cómo esté el marcador; ahí están los ejemplos, frescos y claros.
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