Por Lemay Padrón Oliveros
Nunca se
ha ido, pero este fin de semana reapareció como nunca, con varios aldabonazos
de una sola vez: el estadounidense Tyson Gay y cinco jamaicanos fueron cazados
in fraganti, utilizando sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento.
Entre los
del Caribe figuran al menos dos competidores de máximo nivel, los velocistas
Asafa Powell y Sherone Simpson, ambos medallistas
mundiales y olímpicos.
Faltan
todavía los contraanálisis, pero difícilmente cambie la realidad: todos ellos
estaban valiéndose de métodos ilegales para alcanzar resultados (y premios en
metálico).
Eso
resulta evidente tras escuchar sus propias palabras, en las cuales, lejos de
negar los hechos o atribuirlos a un error de laboratorio, reconocen la falta y
arrojan la culpa a su entorno.
En el
caso de Gay, su propio cuerpo le pedía a gritos que no le exigiera más, pues
evidentemente sus piernas tiraban con mucha más fuerza de la que podían
soportar sus músculos, y una pincelada al respecto fue la cirugía de cadera a
la cual se sometió.
Me tomaré
la sanción como un hombre. Espero poder volver a correr de nuevo, ha dicho el
hombre más rápido del año, y al menos a mí esto me suena como “me cazaste esta
vez, pero no cejaré”, como hicieron antes Ben Johnson y otros más, porque hay
una realidad insoslayable: Usain Bolt es una espina clavada en la garganta de
todos los velocistas del más alto nivel en la actualidad.
Todos
quieren derrotar al Relámpago, pero muy pocos han podido, y nadie en las
grandes competiciones. Hasta ahora, y pongo el parche antes de que salga el
hueco porque ante tantos ídolos de barro es casi inevitable, Bolt está limpio,
y de momento es una víctima de todo esto, porque las sospechas tras él son
ineludibles.
El propio
Powell ha sufrido como nadie, pues de ser el recordista mundial pasó a ser
apenas el abridor de la imbatible cuarteta 4x100, y eso puede ponerle la cabeza
mala a cualquiera.
Este escándalo apenas comienza, pero es una piedra más en el camino de los amantes del deporte limpio… y una menos en la senda de Bolt para coronarse en el Mundial de Moscú.
Este escándalo apenas comienza, pero es una piedra más en el camino de los amantes del deporte limpio… y una menos en la senda de Bolt para coronarse en el Mundial de Moscú.
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