Por Lemay
Padrón Oliveros
Este
jueves arranca en la capital cubana el I Open de La Habana de taekwondo,
heredero de las Copas Cuba realizadas a inicios de siglo y desgraciadamente
perdidas con la agudización de la crisis económica mundial.
Para
quienes no lo recuerdan, en aquellos certámenes vimos por primera vez a futuros
medallistas olímpicos y mundiales como los propios cubanos o el dominicano Gabriel
Mercedes, un privilegio que podría repetirse con el rescate de este certamen.
Era un
justo reclamo de los amantes del deporte de las patadas voladoras, uno de los
que ha aportado medallas ininterrumpidamente para Cuba en todos los Juegos
Olímpicos desde Sydney-2000, y con aportes significativos también en justas
mundiales y continentales.
Ahora
solamente tendremos competidores de cuatro países foráneos, pero entre estos se
encuentran potencias de la región como México y República Dominicana, que
seguramente aportarán calidad, independientemente de la edad de sus enviados,
aunque la comitiva más nutrida ha sido la de Ecuador.
Para
próximas versiones seguramente se incrementará el grupo visitante, porque se
espera que a partir del próximo año otorgue puntos para el listado mundial, por
donde se ofertan luego los cupos a Juegos multideportivos, y este aliciente
elevará el nivel del certamen.
Como
estamos a inicios del ciclo olímpico, hasta el sábado (se adelantó el cierre)
podremos apreciar en el coliseo de la Ciudad Deportiva habanera la
pugna en las ocho divisiones originales del taekwondo, que tradicionalmente se
reducen a la mitad en los dos últimos años del cuatrienio para adaptarse a las
exigencias estivales.
Los estrategas tendrán entonces hasta 2015 para analizar bien cuáles son las divisiones donde encajan mejor sus pupilos pensando en el podio de Río de Janeiro-2016, y para eso este tipo de certámenes luce ideal. Cuba tendrá algunas novedades, como la subida de la olímpica Nidia Muñoz de 57 a 62 kilogramos, aunque quizás esto sea solamente temporal, porque el peso para Río es 67, y esto parece demasiado para la capitalina. Pero bueno, no nos adelantemos a los acontecimientos, el tiempo tendrá la última palabra.
Los estrategas tendrán entonces hasta 2015 para analizar bien cuáles son las divisiones donde encajan mejor sus pupilos pensando en el podio de Río de Janeiro-2016, y para eso este tipo de certámenes luce ideal. Cuba tendrá algunas novedades, como la subida de la olímpica Nidia Muñoz de 57 a 62 kilogramos, aunque quizás esto sea solamente temporal, porque el peso para Río es 67, y esto parece demasiado para la capitalina. Pero bueno, no nos adelantemos a los acontecimientos, el tiempo tendrá la última palabra.
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