Por
Lemay Padrón Oliveros
Hace
unas semanas conocimos la noticia: la martillista cubana Yipsy Moreno
mejorará sus vitrinas con la medalla de oro correspondiente al
Campeonato Mundial de atletismo de Helsinki-2005, gracias al dopaje de
la campeona entonces, la rusa Olga Kuzenkova.
Dicho
así suena muy bonito, pero la realidad es que al menos yo no estoy
satisfecho con la medida. Los lectores más o menos asiduos de estas
páginas saben que prácticamente nunca arrojo dudas sobre la limpieza de
este o aquel deportista, salvo que la evidencia lo indique, pero esta
vez no estaría bien conmigo mismo si no lo digo: a Olga Kuzenkova
debieron quitarle también el oro olímpico de Atenas-2004.
Claro,
el Comité Olímpico Internacional (COI) ha reanalizado las pruebas y no
ha encontrado anomalías, pero no me fío de eso, y no por falta de
profesionalidad y mala intención de los laboratoristas, sino porque el
flagelo del dopaje casi siempre va dos pasos por delante en esta batalla
por la legalidad.
Por
supuesto, dirán que no tengo suficientes elementos para afirmar que la
Kuzenkova recurrió a la trampa para imponerse a Yipsy, y no les falta
razón, pero analicemos esto: la europea estuvo fuera de las principales
competiciones en los años previos, y de la noche a la mañana se apareció
en la capital griega para destronar a la caribeña, que había ganado los
títulos mundiales de Edmonton-2001 y París-2003.
Eso
es poco probable, pero sucede. Lo que me parece inconcebible es que una
atleta gane limpiamente el cetro más importante del deporte mundial, y
luego recurra al dopaje para coronarse en el Mundial.
Si
fue capaz de imponerse en el escenario más importante del planeta,
¿para qué recurrir a las sustancias prohibidas al año siguiente? Yo no
sé a ustedes, pero a mí esto no me encaja para nada.
Por
eso aprovecho esta tribuna para felicitar de todo corazón a la
camagüeyana, que en todo momento demostró ser una competidora totalmente
limpia, y así conquistó sus principales lauros, aunque el más
importante de todos se lo quieran negar.
2 comentarios:
Ciento por ciento de acuerdo contigo,
Michel
Esto es en verdad muy raro, no entiendo cómo un laboratorio detectó dopaje en 2005 y no en 2004.
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