Por
Lemay Padrón Oliveros
El partido de este viernes contra Canadá en el inicio de las
eliminatorias de nuestra región rumbo al Mundial de fútbol de
Brasil-2014 se antoja el del ahora o nunca para la escuadra de Cuba,
por varias razones.
En primer lugar, se trata del equipo a
derrotar en nuestra llave, pues los otros integrantes (Honduras y
Panamá), lucen más inaccesibles, por la tradición mundialista del
primero y los enormes progresos de los segundos en años recientes.
Además,
estamos jugando en casa, y ese factor a la postre resulta decisivo en
cualquier eliminatoria de este tipo, porque los puntos dejados de sumar
a domicilio luego pesan toneladas en el acumulado final.
Aquí
tenemos obligatoriamente que sacar ventaja del duro clima caribeño. No
por gusto el encuentro se pactó para las dos de la tarde y no en un
horario más noble, precisamente para aprovechar los estragos que
pudiera causar ese sopor en las filas norteñas, habituadas a jugar con
frío.
La historia no nos favorece en los topes con esta
escuadra, pues solamente la hemos derrotado una vez en los últimos
cinco duelos particulares. Aunque por los resultados recientes Cuba fue
colocada directamente en la tercera fase eliminatoria de Concacaf, el
rival ocupa el puesto número 75 del ránking de la FIFA, y es noveno en
la región, bastante lejos del nuestro.
Por si esto fuera poco,
15 de los convocados para el tope militan fuera de su país y poseen esa
invaluable experiencia fuera del alcance de los cubanos, quienes se
basarán una vez más en el juego colectivo y el despliegue físico, sobre
los cuales trabajó seguramente el flamante técnico Alexander González.
La
dirección del plantel ha sido uno de los puntos flacos de nuestro
fútbol en los últimos años, y en este caso, si se iba a dar un cambio
en el alto mando, debió realizarse con un poco más de tiempo para que
el nuevo timonel pudiera compenetrarse mejor con sus muchachos.
Suceda
lo que suceda, es muy difícil que los nuestros puedan acceder a uno de
los dos primeros puestos del apartado para enrolarse en la hexagonal
final. No obstante, tanto el preparador como sus pupilos saben que
tienen la oportunidad de dar un paso de gigante con una victoria en
casa. Por eso, ahora es cuando es.
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