Por Lemay Padrón Oliveros
Bien inesperada resultó la derrota de los Domadores de Cuba ante los
Lobos de Astana este fin de semana en la conclusión de la Serie Mundial
de Boxeo.
Luego de dominar ampliamente toda la fase clasificatoria, con varios
récords incluidos, todo parecía indicar que los Domadores estaban en
condiciones de convertirse en la primera franquicia capaz de repetir el
trono en este tipo de lides, pero en el Centro Nacional de tenis de
Astana hubo más de una sorpresa.
La jornada sabatina, donde los cubanos enfrentaban a los mejores
púgiles rivales, dejó un 2-3 en el pizarrón que a mi juicio no se
correspondió con lo sucedido sobre el ring, porque yo vi ganar a Yasniel
Toledo. Los asaltos finales no fueron votados como debería ser, y eso
dio al traste con la victoria del caribeño, que hubiera dejado la final
casi decidida, pues al día siguiente los visitantes eran favoritos en la
mayoría de los combates.
Sin embargo, la velada dominical también arrojó sorpresas. Roniel
Iglesias no estuvo en los rounds finales como en los primeros, pero así y
todo fue superior a su contrario, llevó todo el tiempo la iniciativa y
hasta terminó mejor físicamente, por eso tampoco comparto el criterio de
los imparciales, que a mi entender no se comportaron como tal. Una
prueba de ello fue la votación en el combate anterior, dividida a favor
de Lázaro Álvarez, cuando prácticamente hubo un solo hombre sobre el
encerado.
Los otros que perdieron, creo que perdieron bien. Se sabe que cuando
se pelea como visitante, se debe aportar un extra para no dejar dudas, y
ese extra les faltó a los otros que bajaron del encerado con la cabeza
gacha. De ellos, quien realmente me sorprendió porque confiaba mucho en
él fue Yosbany Veitía, pero como perdió tiempo de entrenamiento por un
accidente, se puede entender que estuviera algo falto de ritmo.
Por supuesto, hay que dar mérito al rival, y los kazajos mostraron
una excelente preparación tanto física como técnica, lo cual sumado a su
tradicional fortaleza y la tradición del constante ataque, los
convierte en rivales bien peligrosos.
Independientemente de algún favor arbitral, se trata de una escuadra
poderosa, que se preparó concienzudamente para levantar el trofeo y casi
en todos los pesos puso lo mejor que tenía. Este tipo de
confrontaciones son las que necesitan los púgiles cubanos, porque a lo
largo de la Serie son demasiados los oponentes de bajo nivel, y eso
hasta puede afectar la motivación para entrenar. Sirva la experiencia
para redoblar esfuerzos de cara al venidero Campeonato Mundial, el
verdadero reto del boxeo cubano este año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario