sábado, 20 de junio de 2015

Copa de sorpresas

Por Lemay Padrón Oliveros 

Llegaron desde el inicio y se han mantenido: las sorpresas han sido protagonistas en esta versión de la Copa América de fútbol.
Un Chile dubitativo, una Argentina demasiado displicente y sin magia en la delantera, un Brasil que ganó in extremis ante el débil Perú, una Colombia que no pudo derrotar a Venezuela, y un Uruguay que raspó la victoria ante Jamaica y luego cayó ante una Argentina mediocre.
Todo eso y más ha ocurrido en el certamen continental, donde la cantaleta de que las distancias se reducen se repite una y otra vez, como para ocultar otra gran verdad: los favoritos no lo han demostrado sobre la cancha.
Paraguay es muy aguerrido, Venezuela ha perdido el respeto a las potencias de la región, México es capaz de lo peor y de lo mejor…Todo eso es verdad, pero quienes llevan sobre sus hombros las demandas de sus exigentes aficiones con mayor peso son los históricos como Brasil, Uruguay o Argentina, los de mejor presente como Colombia, y la sede, como Chile, y ninguno de ellos ha convencido hasta el momento.
El arbitraje ha sido de malo a pésimo, parejo para todos, pero impresentable. Lo mismo se tragan el silbato cuando la leña se reparte a diestra y siniestra, que no ven un claro penalti o marcan fuera de juego cuando no lo es. Si bien las consideradas estrellas han estado bastante bien en sentido general (salvo Messi y James, porque se les exige mucho más), los silbantes empañan en demasía el espectáculo.
Los mayores comentarios negativos van disparados a la estrella del Barcelona de España, brillante cuando viste de blaugrana, pero no tanto cuando lleva la albiceleste, sobre todo en los encuentros de vida o muerte. La esperanza es que esta vez no ha encandilado en la fase de grupos, y quizás explote a partir de cuartos de final, ¡Ojalá!
La Copa apenas ha empezado, y hay tiempo todavía para mejorar tanto individual como colectivamente, pero cuidado, porque una mala fase de grupos puede complicar la subsistencia de cualquiera, si no que le pregunten a la misma Argentina por lo sucedido en 2011.

No hay comentarios: