Pedidos de todo tipo

Por Lemay Padrón Oliveros

Los Cazadores se reforzaron muy bien.

Como se preveía, el mayor énfasis estuvo en el pitcheo, pero los managers de los ocho equipos sobrevivientes a la segunda ronda de a Serie Nacional de Béisbol 53 pidieron de todo.

A mi juicio, los dos que pidieron lo que necesitaban y con calidad, fueron los de Artemisa y Holguín. Los artemiseños redondearon su ofensiva con Frederich Cepeda y Jorge Johnson en los jardines, y Yosvani Alarcón y Alexander Ayala aportarán ofensiva y defensa en la receptoría y el cuadro respectivamente, además de agregar aun lanzador trabajador como el avileño Dachel Duquesne.

Por su parte, los holguineros también fortalecieron su alineación con Danel Castro, Yordanis Samón y Guillermo Avilés, y su pitcheo con Norge Luis Ruiz y Leinier Rodríguez. En estos dos equipos, además de las posiciones claves que reforzaron, lo hicieron prácticamente con lo mejor disponible en la bolsa.

Creo que Santiago pidió bastante bien con Alfredo Despaigne, Yander Guevara, Yadir Rabí y Yunier Mendoza, pero en lugar de Alberto Soto, que no acaba de cuajar en nuestros campeonatos, yo hubiera pedido un receptor más integral al estilo de Rudeldis García o Eriel Sánchez, ambos disponibles cuando se inclinaron por el serpentinero granmense.

También considero bastantes acertados los escogidos por Villa Clara, con la excepción del propio Rudeldis; me parece que a ellos les hacía más falta otro jardinero de poder, al estilo del veterano Isaac Martínez o el novel Robert Luis Delgado, ambos sin equipo por el momento.

De Pinar y Matanzas opino de manera similar: tomaron lo necesario, y de lo mejorcito disponible, solamente con la salvedad de que los pinareños seleccionaron a los tres jardineros con características de primer bate y ninguno de fuerza, y los matanceros se inclinaron en su última opción por el lanzador Mario Batista, cuando estaban todavía en bolsa el mencionado Duquesne y otros que estarán fuera como Darién Núñez, Ángel Peña y Osmar Carrero, a quienes considero superiores. Además, aunque Eriel les puede jugar la primera almohadilla, me hubiera gustado más un inicialista natural como Dary Bartolomé.

A quienes realmente me cuesta entender por segundo año consecutivo es a Armando Johnson y Lázaro Vargas.

Los dos empezaron muy bien, pero el isleño ya en la segunda ronda llamó al tunero Yudiel Rodríguez, de desempeño mediocre, cuando quedaban muy buenos serpentineros todavía por firmar, mejores incluso que su siguiente opción: Frank Navarro. Por si esto fuera poco, se fue del salón sin inclinarse por un torpedero, que debió estar entre sus prioridades, y ahora la opción que le queda es mover a Marino Luis a esa posición.

Por su parte, Vargas apuntó con acierto con Noelvis Entenza y Vicyohandri Odelín, pero antes de Leorisbel Sánchez yo hubiera preferido a los cerradores Yadir Rabí y Yormani Socarrás. A Sánchez lo hubiera dejado para otra ronda, y antes del poco conocido Elián Leyva o a Alexander Rodríguez, de números bastante flojos este año, tenía, además de los dos mencionados antes, al mismo Duquesne.

Lo que no entiendo es que nuevamente se haya volcado solamente sobre los lanzadores, cuando su alineación pide a gritos un primer bate efectivo, y quedaron fuera hombres que pueden desempeñar esa función como Johan Moncada o Yusniel Ibáñez.

En fin, estos son los criterios de este humilde comentarista, ojalá a todos les rindieran frutos los peloteros escogidos, pero me parece que algunos planteles siguen con lagunas. A lo mejor aprovechan la nueva reglamentación de que se puede cambiar en cualquier momento y rectifican el tiro con varios de los talentos que quedaron fuera.