domingo, 12 de enero de 2014

Lucha: año nuevo, reglas nuevas

Por Lemay Padrón Oliveros

Pocos deportes han cambiado tanto sus reglas en las dos últimas décadas como la lucha, que estrenó el 1 de enero de este año un nuevo grupo de modificaciones a su reglamento.
   Entre las fundamentales se encuentra la relativa a la superioridad técnica, que en el estilo libre se lleva a 10 puntos de diferencia, y en la greco a ocho, en gran medida porque se reestructuró también el sistema de evaluación de las proyecciones.
   Ahora en las dos modalidades todas valdrán cuatro unidades, aunque en la greco se suma una más si se trata de un movimiento de gran amplitud.
   Igualmente, la Federación Internacional de Luchas Asociadas (FILA) acordó que si un luchador lleva a su oponente al suelo, aunque no logre pasarlo por posición de peligro (de espaldas al colchón), se le atribuirán dos puntos.

MENOS HOMBRES, MÁS MUJERES

El éxito de la llegada de las mujeres a la lucha y los propósitos del Comité Olímpico Internacional (COI) de que cada disciplina sea igualitaria genéricamente lo más posible han traído un nuevo cambio de divisiones en esta disciplina.
   Desde finales del siglo pasado la lucha ha experimentado diversas modificaciones en sus categorías, que se mantuvieron inamovibles por décadas.
   Con la llegada de las féminas, han quedado reducidas casi a la mitad con esta última actualización, que dejó en seis los juegos de preseas a disputarse en citas estivales en cada modalidad: libre masculina, libre femenina y grecorromana.
   De Río de Janeiro-2016 en adelante (si la lucha mantiene su status olímpico) se competirá en 57, 65, 74, 86, 97 y 125 kilogramos para la primera, 48, 53, 58, 63, 69 y 75 la segunda, y 59, 66, 75, 85, 98 y 130 la última.
   En el resto de las competiciones oficiales serán ocho los pesos en disputa, con la suma de los 61 y 70 kilos entre los hombres, y los 55 y los 60 entre las damas.
   De entrada, es difícil comprender por qué las categorías varoniles no son las mismas para los dos estilos. Una de las cosas que se le señalaron a este deporte cuando se le puso en rojo fue precisamente lo enrevesado de sus reglas, y ahora complica a especialistas y aficionados por gusto.
   Con excepción de la máxima categoría, cuya diferencia es de cinco kilogramos entre uno y otro estilo, el resto se diferencia apenas por uno o dos kilos; no parece que fuera cuestión de vida o muerte dejarlos iguales.
   Hasta el momento los hombres siempre tuvieron las mismas categorías y solamente cambiaba el estilo, al punto de que en la primera mitad del pasado siglo algunos competían en las dos modalidades, incluso en Juegos Olímpicos.
   Esto último, por supuesto, ya es imposible debido al progreso técnico y metodológico y la depurada especialización que exige esta disciplina, pero para los fanáticos era más fácil de memorizar un solo grupo de categorías.
   Las mujeres sí necesitan diferenciarse lógicamente por su fisonomía, y llegar a seis pesos en Olimpiadas es un gran logro, pues ahora solamente una división quedaría sin el sueño olímpico.
   Esto es un notable progreso con respecto a lo visto hasta Londres-2012, porque ya no serán tres las divisiones de diferencia entre un Mundial y una Olimpiada, lo cual obligaba a muchas gladiadoras a subir o bajar para buscar un puesto en el concierto estival.

POR LA SENDA DEL OLIMPO

Todas estas reformas responden al llamado de alerta del COI, y según los federativos, asegurarán la permanencia de esta legendaria disciplina en el programa oficial de las citas estivales.
   Con estos cambios en el formato de competición y en las categorías de peso pensamos asentar las bases para los Juegos Olímpicos y los Campeonatos Mundiales de la FILA, dijo el presidente del organismo, el serbio Nenad Lalovic.
   Tras agradecer el esfuerzo y los aportes de los miembros de la comisión técnica, Lalovic reconoció que esto ha representado un importante esfuerzo en el orden organizativo.
   El cambio no nos hace mal; nuestro objetivo es alcanzar la excelencia en todos los sentidos, concluyó.
   Aunque resulta polémica la modificación de las divisiones, sobre todo por el hecho de no mantenerse iguales en los dos estilos varoniles, no será por estatismo que el COI volverá a señalar a la lucha en su lista negra.

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