jueves, 16 de enero de 2014

Maratonistas cubanos, ¿dónde foguearse?

Por Lemay Padrón Oliveros 

Como organizador de maratones, Cuba ocupa un lugar relevante en América Latina, y me atrevería a decir en Iberoamérica, por los tradicionales elogios que nos hacen los responsables del maratón de Madrid, pero competitivamente nuestros corredores de fondo no gozan de prestigio mundial.
Algunos campeones panamericanos y el recuerdo siempre latente del legendario andarín Félix Carvajal es lo más cerca que hemos estado de alcanzar verdadera relevancia en el planeta.
Buenos corredores hemos tenido, pero en las grandes competiciones no han podido brillar, a diferencia de varios de sus rivales en el continente, fundamentalmente brasileños y mexicanos, con quienes corren de tú a tú en esta área geográfica, pero luego cuando el nivel se eleva se multiplica también la distancia entre ellos y los cubanos.
Rigoberto Mendoza, Radamés González, Alberto Cuba y Mariela González lograron derrotar a oponentes que luego hicieron papeles más dignos en las grandes competiciones, y la historia continúa.
Sin lugar a dudas, el económico es aquí un problema de los más importantes, porque a donde único invitan con los gastos pagados a los cubanos para correr este tipo de distancias es a Madrid y a Panamá, que tienen acuerdos con la organización del Marabana, una de las mejores carreras de su tipo de este lado del mundo.
A nivel doméstico se realizan una buena cantidad de carreras de fondo, pero son fundamentalmente populares, no de alta competencia. Los fondistas cubanos necesitan participar en una mayor cantidad de pruebas de primer nivel, para poder sacar provecho al roce con grandes especialistas de media maratón y maratón.
Aquel libro y película “La soledad del corredor del fondo” se recrudece en Cuba porque quienes se dedican profesionalmente a esta actividad tienen muy pocos incentivos.
Lo único favorable es que al ser carreras tan exigentes, en el año cada atleta corre dos o como máximo tres veces, en el caso de los 42,195 kilómetros, pero por esa misma causa, cuando van a tomar la línea de largada, piensan muy bien dónde lo hacen, para sacar el máximo provecho a la experiencia.
En otras ocasiones lo hemos dicho, lo ideal sería poder darles oportunidades a todos, pero un país pobre de 12 millones de habitantes no puede potenciar igual todas las modalidades deportivas. 
No creo que el deporte cubano pueda permitirse hacer más por estas modalidades de lo que hace: potenciar e vez en cuando a alguna figura cuando descuella, pero el resto, aunque nos duela reconocerlo, deberá seguir batallando “a puro corazón”.

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