Por Lemay Padrón Oliveros
Fue el
novato del año 2011 del deporte cubano, gracias a su título en el Campeonato
Mundial de Bakú y los Panamericanos de Guadalajara, pero un año después, el
boxeador Lázaro Álvarez quedó por debajo de sus posibilidades en los Juegos
Olímpicos de Londres.
El bronce
obtenido en la justa británica, tras caer en las semifinales de los 56 kilogramos ante el
irlandés John Joe Nevin, lo dejó insatisfecho porque pese a subir a un podio
estival, el sueño más caro para cualquier deportista, debió estar más arriba.
Meses más
tarde ha sumado otra dificultad a su carrera, el hecho de coincidir con el
campeón olímpico de los 52 kilos Robeisy Ramírez en el mismo peso, pues el
cienfueguero decidió subir de categoría.
A sus 22
años, el oriundo de Pinar del Río sabe que todavía le queda muchísimo boxeo en
sus puños, y según confesó a este redactor, se siente listo para conquistar nuevas
metas.
Se te vio tranquilo en el Cardín,
aunque no fue muy exigente mirando los rivales. ¿Cómo valoras tu participación
en el torneo?
“Fue un
gran torneo para mí, y útil para lo que se avecina. La preparación va bien, y a
pesar de que no eran los rivales más exigentes las peleas fueron de alto nivel,
y todas las asumí con gran responsabilidad.”
Robeisy no estuvo en el Cardín,
pero ya se reincorpora. ¿Cómo ves el futuro de la división?
“Somos
dos boxeadores de gran calidad, hay muchas competencias y lo más importante es
que quien sea seleccionado lo haga bien. Yo me siento de forma excelente y
seguro los técnicos se inclinarán por el que esté mejor preparado en ese
momento. A mí cuando me den el chance estaré listo, para seguir dándole buenos
resultados a mi pueblo.”
Este año se suma al calendario la Serie Mundial, que implica
hacer algunos ajustes técnicos. ¿Cómo te has preparado?
“Estoy
trabajando en base a las modificaciones del reglamento, en la preparación
sicológica y física para ser más técnicos, pero confío en nuestro equipo y
daremos pelea.”
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