Que el
dopaje está colado hasta la médula en la Major League Baseball (MLB) o
Grandes Ligas para los hispanohablantes, nadie lo discute. Por años son decenas
los señalados y castigados por estas cuestiones, luego de la famosa Era de los
esteroides, que dejó cotas inalcanzables en varios departamentos, incluido el
más seguido de todos: el de los jonrones.
Sin
embargo, a juzgar por los nombres salidos a la luz, se trata fundamentalmente
de un problema de los peloteros latinos, y esto es una gran mentira. De las 42
sanciones, 32 son para beisbolistas de origen latino, además de un japonés y un
australiano, y algunos jugadores han sido castigados más de una vez.
Nada
menos que el 76 por ciento de las penas han sido endilgadas a provenientes del
Río Bravo hacia abajo.
Si vamos
a la lista de vetados que tienen experiencia profesional, pero en el momento de
ser capturados in fraganti estaban en nóminas de Ligas menores, vemos que de 58
sentencias, 35 llevaban nombres latinos, el 60 por ciento.
Honestamente,
no creo que esa sea la realidad.
Por
supuesto, hay tramposos y habrá siempre en todos los confines de la geografía,
pero se está echando la gran parte de la culpa a los latinos, mientras que a
otros les pasan la mano, como hicieron con Ryan Braun, exJugador Más Valioso,
cuando fue capturado por primera vez. Ahora no tuvieron más remedio que
castigarlo (65 choques de suspensión), porque el mismo Braun reconoció que
había mentido, pero es el único estadounidense en el listado de 13 peloteros
entre los cuales están los dominicanos Alex Rodríguez, Melky
Cabrera, Bartolo Colón y Nelson Cruz, entre otros, quienes enfrentan la
suspensión por 50 partidos, la cacería más grande en la historia del béisbol.
En el
caso del antesalista de los Yankees, el principal
encartado en el escándalo Biogénesis, fue suspendido por 211 partidos porque ya es
recurrente en el tema.
Los
mencionados no tienen perdón, ¿pero acaso son los únicos? A juzgar por la
política antidrogas de la MLB
tal parece que estamos en la frontera con México, disparando a quien quiera
cruzar el muro, mientras a nuestras espaldas los demás hacen fiesta.
A Mark
McGwire y Barry Bonds nadie les ha borrado los récords, y seguirán apareciendo
en las papeletas para el Salón de la
Fama, pese a ser tramposos a cara descubierta.
Lo peor
de todo es la imagen que se está creando, porque aparentemente se trata de un
problema latino y no es así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario