¡Ciego, que grande es Ciego! Así iba a titular este comentario, y lo
hubiera hecho si no fuera porque ahora es Capitalinos quien tiene todas
las de ganar en la batalla por el título de la Liga Superior de
Baloncesto.
De todas maneras, para mí tiene muchísimo mérito lo logrado por
los Búfalos en sus predios, donde detuvieron en 32 la racha de partidos
invictos de los Azules y lograron equilibrar la serie. Celebraron dos
partidos en los cuales desconcertaron completamente a la ofensiva
visitante y sacaron la mejor parte, empujados por una afición que se
siente como un jugador más.
Parecía que el quinto partido también lo podían ganar cuando se pusieron delante 64-63 en el último cuarto, pero Capitalinos apretó el paso y al final se llevó el gato al agua, en buena medida porque en el quinteto visitante no estaba jugando la bujía William Granda casi desde el comienzo del choque. Por ahí se le fue el encuentro a los de casa, porque con Davisley Granados metido en cuatro faltas desde el segundo cuarto y Granda fuera de acción, los suplentes debieron trabajar en exceso, y esa carga les salió al final del choque.
Para los citadinos fue un poderoso golpe sicológico en aras de recuperarse luego de ver cómo los avileños les empataban la final a dos triunfos por bando, pero igual cometieron demasiados errores. Los tiros de tres fueron desastrosos, y tampoco estuvieron bien en los libres (33-22), aunque sí marcaron bastante.
Con el férreo gardeo impuesto sobre Allen Jemmot, se echó el equipo arriba el jovencito Jasiel Rivero, con 28 puntos y perfecto desde la personal (7-7). En cualquier caso, el refuerzo matancero tendrá que moverse mucho más sobre la cancha si quiere aportar más a la causa Azul, porque aunque no anote, al arrastrar casi siempre dos hombres a su acecho, está dejando libre a un compañero, y eso no se notó, al menos en este quinto partido.
Muy alentador resultó para Ciego ver la recuperación de sus principales caballos de batalla, pero Granda se les fue en el peor momento. Ojalá pueda regresar a tiempo para los compromisos finales, porque así tendrán mucha más pimienta. Hablando de esto último, el arbitraje ha estado bastante correcto, y en este quinto pleito me pareció que se desmoronaron un poco solamente en el último parcial. Se ha jugado fuerte, pero sin excesos, y eso en buena medida es por el trabajo preventivo de los silbantes.
Queda poco para el desenlace, pero nadie dude que será tan electrizante como lo visto hasta ahora.
Parecía que el quinto partido también lo podían ganar cuando se pusieron delante 64-63 en el último cuarto, pero Capitalinos apretó el paso y al final se llevó el gato al agua, en buena medida porque en el quinteto visitante no estaba jugando la bujía William Granda casi desde el comienzo del choque. Por ahí se le fue el encuentro a los de casa, porque con Davisley Granados metido en cuatro faltas desde el segundo cuarto y Granda fuera de acción, los suplentes debieron trabajar en exceso, y esa carga les salió al final del choque.
Para los citadinos fue un poderoso golpe sicológico en aras de recuperarse luego de ver cómo los avileños les empataban la final a dos triunfos por bando, pero igual cometieron demasiados errores. Los tiros de tres fueron desastrosos, y tampoco estuvieron bien en los libres (33-22), aunque sí marcaron bastante.
Con el férreo gardeo impuesto sobre Allen Jemmot, se echó el equipo arriba el jovencito Jasiel Rivero, con 28 puntos y perfecto desde la personal (7-7). En cualquier caso, el refuerzo matancero tendrá que moverse mucho más sobre la cancha si quiere aportar más a la causa Azul, porque aunque no anote, al arrastrar casi siempre dos hombres a su acecho, está dejando libre a un compañero, y eso no se notó, al menos en este quinto partido.
Muy alentador resultó para Ciego ver la recuperación de sus principales caballos de batalla, pero Granda se les fue en el peor momento. Ojalá pueda regresar a tiempo para los compromisos finales, porque así tendrán mucha más pimienta. Hablando de esto último, el arbitraje ha estado bastante correcto, y en este quinto pleito me pareció que se desmoronaron un poco solamente en el último parcial. Se ha jugado fuerte, pero sin excesos, y eso en buena medida es por el trabajo preventivo de los silbantes.
Queda poco para el desenlace, pero nadie dude que será tan electrizante como lo visto hasta ahora.
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