Por Lemay Padrón Oliveros
La novena de Camagüey acaba de asegurar su pase a la discusión del
trono en la Serie Nacional de béisbol sub-23, y al igual que hizo
Santiago de Cuba, ilusiona a sus fanáticos con un posible renacer, a
pocos días de iniciarse la Serie Nacional absoluta.
Los agramontinos no tuvieron una primera fase espectacular, e incluso
se clasificaron como segundos de su grupo, por detrás de Ciego de
Ávila, que no ha sido ni su sombra en la etapa decisiva, pero se
crecieron a la hora de la verdad.
Únicamente Artemisa, el otro finalista, ha sido capaz de ganarle en
esta semifinal, y en ambos casos con estrechos marcadores de 6-7 y 6-9,
lo cual augura una final atractiva y pareja.
Desahuciados de la postemporada elite desde hace varias campañas,
aunque no por falta de talentos, los camagüeyanos han logrado ahora bajo
el mando de Rolando Hernández Echemendía sacar provecho de sus mejores
armas y ganar los juegos necesarios, varios de ellos por una carrera,
pero victorias al fin, incluidas las logradas ante Santiago, el de mejor
balance en la clasificatoria, y Matanzas, el de mayor cantidad de
figuras curtidas al máximo nivel nacional.
A la ofensiva casi todo ha pasado por las muñecas de Leonel Segura
(.344, 21 carreras anotadas y 17 impulsadas) y Henry Quintero (.336,
29 anotadas, siete jonrones y 22 remolques), los mejores en las
estadísticas conjuntas de clasificatoria y semifinal.
Sin embargo, como sucedió con Artemisa, ha sido desde la lomita donde
los tinajoneros han sacado mayor provecho, sobre todo gracias a los
relevistas Rolando Rodríguez (3-0, 2.27 de Promedio de Carreras Limpias
en 31.2 entradas de labor), Yosimar Cousin (2-1 , dos Juegos Salvados,
2.23 en 22 innings), y José Ramón Rodríguez (2-0, 7 JS, 0.96 y 22
ponches en 28 entradas de labor), para apoyar la labor de los abridores
Lixander Hernández (4-3, 2.17 en 45.2 EL) y Dariel Góngora (4-4, 2.29 y
60 ponches en 55 episodios).
Unido esto a una aceptable defensa de .962, con 29 doble plays
(terceros) y 14 cogidos robando ante 12 bases robadas a sus receptores,
en un torneo en el que solamente tres equipos presentan balance positivo
en este último aspecto, completan el coctel ganador para los nacidos en
la tierra del Mayor Ignacio Agramonte.
Seguramente algunos de ellos estarán dentro de unos días en la pelota
elite cubana bajo las órdenes de Esteban Lombillo, quien tiene material
interesante para estrenarse al frente del banquillo camagüeyano, con el
objetivo de devolver la ilusión a una fanaticada cansada de tirar la
toalla bien temprano en los últimos años.
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