Por Lemay Padrón Oliveros
Desde los tiempos en que Alcides Sagarra comandaba los destinos del boxeo cubano sobre el ring, la posibilidad de que un equipo de la mayor de las Antillas regrese de un torneo con todos los títulos posibles estaba sobre el tapete.
El propio entrenador, quizás el más exitoso en la historia del
deporte cubano, no se escondía para decir que ese era su sueño, y para
eso preparaba a sus muchachos. Sin embargo, ni estando él al frente de
la escuadra, ni después, el boxeo cubano ha sido capaz de barrer en
torneo alguno.
Lo más cerca que se ha estado ha sido en los Juegos Centroamericanos
de Ponce-1993 y los Panamericanos de La Habana-1991, cuando se
conquistaron 11 de las 12 coronas que se ofertaban entonces. En la más
reciente justa continental, ya con solamente 10 coronas sobre el
encerado, Cuba se llevó ocho de nueve, porque no compitió en 91
kilogramos.
Cada vez es más difícil lograr ese propósito, porque primero hay que
clasificarse, algo que se hacía automáticamente con anterioridad. El
proceso clasificatorio implica además seleccionar al pugilista que
defenderá los colores patrios varios meses antes de la competencia, y
eso no siempre es bueno.
Ahora, en los Juegos de Veracruz, Cuba tendrá otra oportunidad para
buscar la barrida soñada, luego de obtener los 10 boletos posibles. Es
precisamente este escenario el más propicio para buscar el resultado,
porque es el de más bajo nivel competitivo, pero en esta ocasión el
hecho de celebrarse en México nuevamente complica el objetivo.
Además de cualquier posible “equivocación” arbitral, los púgiles
mexicanos siempre han mostrado calidad, y esta vez volverán a ser los
principales rivales de los nuestros, aunque no los únicos. Figuras de
Venezuela y Colombia pudieran también convertirse en serios escollos y
frenar el escobazo.
Los elegidos se muestran bastante sólidos en casi todas las
divisiones, pero como siempre, algunos tienen menos experiencia, como
son los casos del 49 kilogramos Santiago Amador, el 75 Arlén López y el
supercompleto Yoandy Toirac, aunque López mostró madurez con su vital
triunfo en la pasada Serie Mundial, y Toirac no tendrá oponentes de
mucha calidad.
No obstante, la historia ha demostrado que los menos experimentados
en muchas ocasiones se crecen, y ojalá Veracruz sea el escenario donde
se haga realidad la añorada barrida.
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