domingo, 31 de agosto de 2014

El deporte: deuda del cine cubano


Por Lemay Padrón Oliveros

Dos que merecen su filme.
Haciendo un poco de memoria, de unos meses para acá se han pasado por la televisión nacional una buena cantidad de películas con temática deportiva. El canal Tele Rebelde tiene un espacio fijo con frecuencia semanal, y por él han desfilado filmes de disímiles deportes, lo que nos trae a colación la pregunta de por qué en Cuba no se hace prácticamente cine sobre el deporte.
Indirectamente muchas películas han tocado el tema, pero de lleno, solamente me vienen a la mente la biografía homónima “Capablanca” y  En 3 y 2”, aquella cinta sobre el dilema que enfrenta un deportista, en concreto un pelotero, cuando se acerca la hora del retiro y las nuevas generaciones le vienen pisando los talones. Hasta ahí las clases.
Parece mentira, en un país con tanta historia en el deporte, tantos hechos memorables que reseñar, y tantas figuras destacadas, que exista tan poco material cinematográfico al respecto.
No es solo el deporte, la música, la literatura y el arte en general han dado muchísimas figuras de relevancia, y aquí son escasas las películas de ese corte. Mal y pronto recuerdo ahora “Zafiros, locura azul” y “El Beny”, aunque seguro se me escapa alguna. En ellas se exponen, con sus luces y sus sombras -como debiera ser también si se aborda la vida de un deportista-, la impronta dejada por sus protagonistas.
En el ámbito deportivo merecen sus películas grandes como Ramón Fonst, Martín Dihigo o Kid Chocolate, por mencionar solamente tres que tienen hasta libros biográficos editados en Cuba y fácilmente pueden ser adaptados al cine, pero se pueden incluir El Andarín Carvajal, Rafael Fortún, Teófilo Stevenson y muchos más, con una rica historia, salpicada de anécdotas que darían buenos guiones.
No sé si es que los cineastas cubanos se sienten poco identificados con el deporte, o lo consideran un tema menor, pero lo cierto es que nuestro cine peca bastante de repetir constantemente el costumbrismo y el chiste fácil, con sus memorables excepciones, claro está.
En ninguna cinematografía el cine deportivo es de los preponderantes ni mucho menos, vamos a partir de ahí, pero solo dos películas en tantos años me parece demasiado poco para las glorias que tenemos. La cuestión presupuesto siempre va a estar presente, y se hace muy complicado buscar los recursos para el caro empeño de hacer una película, pero si se busca, se encuentra.
Me sorprendería mucho saber que en las gavetas del Icaic duerme algún guión, apenas uno, sobre el deporte. Ojalá me equivoque, pero no creo que alguien haya llevado hasta allá una propuesta en este tema, y en honor a la verdad, el cine cubano debiera saldar esa deuda, nuestra historia lo vale.

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