miércoles, 5 de diciembre de 2012

Pitcheo libérrimo

Por  Lemay Padrón Oliveros


Tantos años siguiendo la pelota cubana me hicieron enseguida sonreírme burlonamente cuando directivos del más alto nivel dijeron que el manejo del pitcheo en la Serie Nacional 52 debía hacerse de manera seria, respetando el rol de cada lanzador según fuera el caso.
El reclamo no es viejo, y cuenta con toda la lógica del mundo, pero la realidad es mucho más compleja que la teoría.
La Isla de la Juventud puso el ejemplo más claro cuando el zurdo Wilber Pérez relevó dos juegos en un inicio, luego abrió otro y otra vez fue enviado a cerrar al día siguiente.
Con tan maltrechos cuerpos de serpentineros en todo el país es prácticamente imposible exigir a un manager que respete la lógica beisbolera, porque su puesto depende en gran medida de los resultados; por tanto, debe conseguirlos a toda costa.
De nada le vale a un equipo haber sacado ventaja en las primeras entradas si en las postrimerías le empatan el juego: en ese momento hay que asegurar la victoria, y más aún en un campeonato corto como el presente, donde una sola derrota puede ser la diferencia entre jugar 90 partidos o 45.
Recientemente escuché que para la Liga de Desarrollo sí se va a normar EN BLANCO Y NEGRO el trabajo desde la lomita, y me parece bien. Este es un certamen donde lo más importante es que los peloteros ganen habilidades y perfeccionen su accionar desde todo sentido, no está sujeto estrictamente a resultados aunque haya finalistas y campeones porque nadie “subirá” de ahí a la máxima categoría.
Como mismo es lógico defender la especialización del pitcheo, hay que entender la realidad de nuestra pelota, y no hay para tanto. Cada provincia quiere ganar, y si para eso tiene que utilizar de manera libérrima las armas en su poder, es legítimo también. 
Después de todo, si a escala doméstica los monticulistas no brillan en demasía no es porque no estén especializados, sino porque no piensan adecuadamente cuando están sobre la loma de los suspiros, y con problemas de este tipo hay abridores, relevistas intermedios y cerradores.
Claro, lo ideal es que cada cual asuma su rol y lo mantenga durante toda la Serie, pero la esencia del béisbol es ganar juegos y cada cual va en pos de la victoria como puede.

2 comentarios:

Fidel Cruz dijo...

Que tal Lemay. Es importante este artículo y las reflexiones que haces porque por desgracia en nuestro beisbol sobran los ejemplos de lanzadores que les han quemado el brazo. Yo entiendo tu punto de vista, que al final se piden resultados y por ahí se valora el trabajo de un manager, pero en mi modesta opinión ese no es el camino a seguir porque seguiremos repitiendo el mismo error eternamente hasta que algún día todos los equipos de la Serie tengan supuestamente como se dice, profundidad en su staff de pitcheo y eso es algo muy difícil de lograr. ¿No sería mejor que un lanzador tenga su rol bien definido en su equipo y no que lo conviertan constantemente en el hombre orquesta?. En Cuba el caso más reciente y conocido es el de Pedro Luis Lazo que era generalmente abridor en la Nacional y apagafuegos en el team Cuba, amén de que el caso de Lazo es excepcional por sus condiciones físicas, pero ahi tienes el ejemplo de un hombre con todas las condiciones para ser un excelente cerrador y sin embargo dada su calidad, lo mismo abría juegos, que hacía relevo intermedio, que cerraba. En el caso particular del equipo de la Isla, se le debía ayudar con un refuerzo de dos o tres lanzadores de otras provincias que no han hecho equipo y así no quemar a Wilber Pérez. De todas maneras sería interesante buscar la opinión de algunos lanzadores, ellos más que nadie nos podrán dar una visión de este viejo problema de nuestro beisbol. Un abrazo mi hermano
fidel

lemay dijo...

Hola Fidel:
Yo coincido contigo. Para mí es una tarea pendiente y prioritaria de la pelota cubana la especialización de los lanzadores. No es lo mismo estar preparado para lanzar un poco todos los días que para hacer un gran esfuerzo en uno y luego descansar cinco. Cada atleta es un mundo, y lo que aguanta un brazo a lo mejor es mucho para otro, pero está demostrado que, como norma, se debe adaptar al pelotero a una u otra función. Lo que digo es que es muy difícil con la baja calidad de los cuerpos monticulares en Cuba aspirar a eso en estos momentos. Te pongo el ejemplo de Industriales. No puede presumir de tener mejor cuerpo de lanzadores que nadie, pero le da roles específicos a cada cual, pase lo que pase, ¿por qué los demás no pueden hacerlo? Te diría que es un problema de cultura beisbolera, porque los capitalinos han pensado así desde los tiempos de Euclides Rojas, recuerdas? Cuando aquello no se hablaba aquí de especialización, y ya teníamos un cerrador nato. Sin embargo, ese mismo Industriales puso en cuatro juegos casi seguidos a Lázaro de la Torre en una postemporada. Por eso te digo, existen coyunturas que a veces rompen con lo ideal, y hay que entender a los managers, porque lo que no va a variar nunca es el axioma de que el juego que hay que ganar es el de hoy, ya mañana veremos. El tema es polémico, incluso falta luego el equipo Cuba, porque quizás a Granma le conviene que Leandro Martinez abra, pero a Víctor le hace falta como relevo intermedio, entonces tiene que olvidarse de lo que hizo en todo el año para lanzar cinco innings con el Cuba. Es realmente muy difícil llegar a un consenso.
Un abrazo, hermano