Todavía no hay nada seguro, pero casi. Tendría Pinar de Cuba que caer ante Venezuela y Dominicana perder estrechamente sus dos encuentros siguientes, uno de ellos contra los ya clasificados mexicanos, que seguramente piensan en la semifinal y no en ganar un juego más.
Pareció
otro equipo solamente con cambiarse el uniforme. Al revés de los dos partidos
anteriores, esta vez lo que primó fue la oportunidad, pues casi todos los
hombres en posición anotadora fueron convertidos en anotaciones, que son las
que deciden los partidos.
Jugadas
polémicas siempre hay. No concibo a un bateador que venga a tocar la bola y se
deje cantar un strike por el medio. No entiendo eso de que la vio mala; todo lo
que se parezca tiene que ser atacado, porque este es un turno de dos strikes,
no tres. Tampoco entiendo que Yuliesky no le haga swing a otro envío por el
centro cuando estaba en dos bolas, sea culpa de él o del técnico que lo mandó a
esperar cuando tienes todas las ventajas de ser home club. Después se fue de
concentración porque le cantaron una bola discutible, pero al que tenía que
irle era al anterior.
Del mismo
modo, no sé por qué dejaron batear de nuevo a Luis Alberto Valdés, luego de
haber fallado en su intento anterior de adelantar al corredor, con tantos
emergentes listos en la banca y ante un pitcher que nos tenía maniatados y pudo
haber sido extraído si se le traía a un zurdo.
Lo otro
era más forzado, la extensa labor de Mendoza en el montículo. Lanzó tres
entradas y dos tercios. Ni en la primera ronda de esta Serie Nacional, ni en la
segunda, ha acumulado esa cantidad de bateadores enfrentados.
Afortunadamente,
tanto él como Yosvany Torres sacaron su mejor repertorio cuando era más
inminente la amenaza boricua, pero al parecer los nervios jugaron su papel,
porque el número de boletos fue excesivo para ambos.
Puerto
Rico sufrió ahora lo que le pasó a Cuba en los juegos anteriores, con
demasiados corredores dejados de impulsar, alguna vez nos tendría que tocar a
nosotros, ¿no?
Lo más
importante es que hay vida, mucha más que cuando el año pasado Villa Clara ganó
también contra los representantes de la
Isla del Encanto. Eso ya es un paso de avance, pero no hay
por qué conformarse con tan poco.
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