Por Lemay Padrón Oliveros
Si los refuerzos han sido decisivos en años anteriores, esta vez lo
serán más, porque fueron aumentados a siete, en lugar de los cinco
iniciales. En vez de analizar lo conveniente o no de esta decisión,
concentrémonos en cómo puede ser aprovechado esto por cada equipo.
En
primer lugar, las estadísticas demuestran que no hay peloteros con
rendimiento lo suficientemente destacado como para llegar a los 56 que
serían electos dentro de unas horas. Me refiero a bateadores por encima
de .300 y lanzadores con promedios por debajo de las cuatro carreras
limpias en los planteles eliminados.
Ahora
bien, al quedar en el camino dos históricos como Santiago de Cuba y
Villa Clara, seguramente se echará mano a jugadores con historia, más
que con estadísticas palpables de estos primeros 45 juegos. Vayamos ya a
las supuestas necesidades de cada plantel, pero estoy casi convencido
de que la gran mayoría buscará más serpentineros que jugadores de
posición, por eso prefiero hacer mayor énfasis en eso último.
Por
ejemplo, Pinar seguramente volverá a lanzarse sobre jardineros de poder
y tacto, en busca de mejorar la pobre ofensiva de la ronda
clasificatoria. Su profundo staff de pitcheo le permite cazar un pez
gordo en la primera ronda (dígase Norge Luis Ruiz, Ismel Jiménez o
Freddy Asiel Álvarez, en dependencia del lugar final que ocupe) y luego
concentrarse en la ofensiva, para la que se pintan solos Alexei Bell,
Frederich Cepeda, Giorvis Duvergel, Yordanis Linares y Yusniel Ibáñez,
por nombrar los más conocidos.
Por
estos mismos cauces deben ir Holguín, Ciego de Ávila y Artemisa, con
mejor pitcheo que ataque, así que entre ellos deben quedar estos
hombres. Holguineros y artemiseños quizás se inclinen también por algún
jugador de cuadro, como Marino Luis, Edilse Silva, Alexander Ayala,
Yunier Mendoza, Yeniet Pérez, Yordanis Alarcón, Luis Yander La O, Jorge
Luis Barcelán y Yordan Batista, o patrulleros como Robert Luis Delgado,
Andrés Quiala, Denis Laza, Yuniet Flores, Jorge Jonson, Yuniesky
Larduet, Leonelkis Escalante, Dayron Blanco, Andy Zamora y Julio Pablo
Martínez.
En
cambio, Isla de la Juventud, Industriales y Granma seguramente harán
más swing a los lanzadores, aunque estos últimos ya anunciaron que su
punto más flaco es detrás del plato, donde se pinta solo Yosvany
Alarcón.
Finalmente,
Matanzas fue el plantel de mejor ofensiva, pero no le vendría mal
reforzar la receptoría con alguien de experiencia como Eriel Sánchez,
que ya les ayudó en la pasada campaña y se integró perfectamente.
Lo
otro es la batalla por los lanzadores, que será la más ardua y donde
cada mentor deberá centrarse en el papel que le va a dar a cada
refuerzo, ya sea para abrir, para cerrar, para ser intermedio o hasta
para darse el lujo de colocarlo en una situación donde deba dominar a un
zurdo, por poner un ejemplo. Por eso se haría interminable la lista de
serpentineros, y la necesidad de ellos probablemente deje fuera a alguno
de los mencionados más arriba, aunque ellos y algunos más tengan los
merecimientos como para seguir en competencia.
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