¿Quién escribe de deportes hoy en Cuba? Yo, por lo menos, me paso con fichas. El Día de Acción de Gracias, uno de los festejos más tradicionales de la cultura estadounidense, se celebra el cuarto jueves de noviembre, pero Cuba lo ha tenido este año de manera atrasada este 17 de diciembre.
El
histórico anuncio del futuro restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre
Cuba y Estados Unidos rompió todas las expectativas. Yo siempre pensé que vería
primero cantar juntos otra vez a Silvio y a Pablo, antes de ser testigo de este
acontecimiento.
El haber
nacido en plena Guerra Fría ha condicionado toda mi existencia y bloqueado en
mi fuero interno toda posibilidad de creer viable algo tan grande.
Barack
Obama ha tenido la valentía para intentar acabar con esta absurda beligerancia
que sobrevivía en pleno siglo XXI, y Raúl Castro ha mostrado toda su audacia
diplomática para converger con su enemigo político de toda la vida.
¿Qué se
acabe el bloqueo? Por qué no, si se logró este primer paso, aplaudido hasta las
lágrimas prácticamente en todos los rincones del planeta donde existen cubanos,
es decir, en todos los rincones del planeta. Es una oportunidad única que no
deben dejar pasar ninguno de los dos. Como decía el mismo Obama, si han podido
coexistir con China y con Viet Nam, ¿por qué no con Cuba?
¿Qué haya
elecciones multipartidistas en Cuba? Por qué no también, sin miedo de ningún
tipo. Hoy por hoy no creo que existan dudas de la voluntad de Raúl de llevar
adelante al país como nadie, y lo dice alguien que no es militante del Partido
Comunista de Cuba. Si antes acompañó a Fidel con las armas en la mano, ahora
Fidel lo acompaña a él en la batalla del diálogo, y ambos pueden salir airosos
y tener su lugar en la
Historia, con toda la dignidad del mundo.
Pero si
Obama y Raúl son las dos caras fundamentales de este regalo pre-navideño, en
esta hipotética Acción de Gracias no podemos obviar a los mediadores. El Papa
de la gente (¿tenía que ser por primera vez un latinoamericano?), el
conciliador Francisco, hizo algo para ennoblecer el trabajo de la Iglesia, como no hicieron
otros antes de él en años.
Todos los
presidentes latinoamericanos y los Gobiernos del mundo que durante décadas han
votado en contra del genocida bloqueo, los Comités por la Liberación de Los
Cinco, la presión del propio pueblo y la opinión pública estadounidense, y
todos los que han aportado su granito de arena en esta lucha, merecen el mayor
de los reconocimientos.
El pueblo
cubano, que ha resistido dignamente todas las presiones y penurias resultantes
de las políticas erróneas, tiene en estos momentos mucho, y a muchos, para
agradecer.
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