martes, 3 de septiembre de 2013

Ecos del tope Cuba-México

Por Lemay Padrón Oliveros

El boxeo cubano acaba de pasar su primera prueba de cara a la IV Serie Mundial de la disciplina, y la pasó con sobresaliente.
Apenas en su primera incursión oficial con un reglamente bastante diferente al que llevan en la sangre, los púgiles caribeños lograron salir airosos en siete de 10 peleas contra los Guerreros de México, uno de los planteles que mejor desempeño tuvo a domicilio en el pasado certamen semiprofesional.
Muy sólido se mostró el día conclusivo José Ángel Larduet (más de 91 kilogramos), y en el anterior mostraron credenciales Yosbany Veitía (49), Lázaro Álvarez (56) y Yasnier Toledo (64), en todos los casos con predominio en las tres distancias.
En cambio, Iván Oñate (60), Julio César La Cruz (81) y Erislandy Savón (91) exhibieron exceso de confianza por momentos y pudieron haber lamentado una derrota, evidentemente todavía con rezagos del estilo puramente amateur.
Contra estos boxeadores, que no son la elite ni mucho menos del planeta, pero están bien preparados, más acostumbrados a esta modalidad y que ponen alma y corazón del campanazo inicial al final, nadie puede acomodarse porque un golpe puede destrozar el buen trabajo a lo largo de la pelea. Savón, cuyo mentón sigue arrojando dudas, estuvo a punto de pagar caro su descuido defensivo.
Decepcionante a mi juicio estuvo Carlos Banteur (75), que debe asumir su responsabilidad como líder de la escuadra y dejó que desear. No sé si los 75 son demasiado exigentes para un hombre de sus características.
Los otros miembros de la escuadra estuvieron bien, tomando en cuenta su juventud y la inexperiencia en este tipo de boxeo.
Sigo pensando que la Serie Mundial no es la cúpula del boxeo en el planeta, pero para los nuestros sí es lo más exigente enfrentado como torneo en general, con la dificultad agregada de la adaptación a las nuevas reglas.
No obstante, la Escuela Cubana demostró una vez más que sin importar los maquillajes, cuando se trata de dar y que no te den, no se puede descartar a la mayor de las Antillas.
Saliendo un poco del encerado, sirva también este tope para seguir ganando en cultura del espectáculo deportivo, y nuestros púgiles en soltura ante los micrófonos, a veces más intimidantes para ellos que los puños contrarios.

No hay comentarios: