Por Lemay Padrón Oliveros
El boxeo cubano acaba de pasar su primera prueba de cara a la IV
Serie Mundial de la disciplina, y la pasó con sobresaliente.
Apenas en su primera incursión oficial con un reglamente
bastante diferente al que llevan en la sangre, los púgiles caribeños
lograron salir airosos en siete de 10 peleas contra los Guerreros de
México, uno de los planteles que mejor desempeño tuvo a domicilio en el
pasado certamen semiprofesional.
Muy sólido se mostró el día conclusivo José Ángel Larduet (más de
91 kilogramos), y en el anterior mostraron credenciales Yosbany Veitía
(49), Lázaro Álvarez (56) y Yasnier Toledo (64), en todos los casos con
predominio en las tres distancias.
En cambio, Iván Oñate (60),
Julio César La Cruz (81) y Erislandy Savón (91) exhibieron exceso de
confianza por momentos y pudieron haber lamentado una derrota,
evidentemente todavía con rezagos del estilo puramente amateur.
Contra
estos boxeadores, que no son la elite ni mucho menos del planeta, pero
están bien preparados, más acostumbrados a esta modalidad y que ponen
alma y corazón del campanazo inicial al final, nadie puede acomodarse
porque un golpe puede destrozar el buen trabajo a lo largo de la pelea.
Savón, cuyo mentón sigue arrojando dudas, estuvo a punto de pagar caro
su descuido defensivo.
Decepcionante a mi juicio estuvo Carlos
Banteur (75), que debe asumir su responsabilidad como líder de la
escuadra y dejó que desear. No sé si los 75 son demasiado exigentes para
un hombre de sus características.
Los otros miembros de la escuadra estuvieron bien, tomando en cuenta su juventud y la inexperiencia en este tipo de boxeo.
Sigo
pensando que la Serie Mundial no es la cúpula del boxeo en el planeta,
pero para los nuestros sí es lo más exigente enfrentado como torneo en
general, con la dificultad agregada de la adaptación a las nuevas
reglas.
No obstante, la Escuela Cubana demostró una vez más que
sin importar los maquillajes, cuando se trata de dar y que no te den, no
se puede descartar a la mayor de las Antillas.
Saliendo un poco
del encerado, sirva también este tope para seguir ganando en cultura del
espectáculo deportivo, y nuestros púgiles en soltura ante los
micrófonos, a veces más intimidantes para ellos que los puños
contrarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario