martes, 10 de septiembre de 2013

Cinturones dorados


Por Lemay Padrón Oliveros

Lo voy a decir desde el principio: el recién concluido torneo internacional de boxeo Cinturón de Oro no fue el mejor en cuanto a calidad, sin embargo, para los cubanos fue de mucho provecho.
Es sabido por todos los amantes al boxeo, y en general al deporte, las dificultades que afrontan nuestros colectivos técnicos para darles a sus pupilos el fogueo internacional imprescindible para poder luego competir dignamente en los certámenes de mayor nivel.
Por eso cualquier opción es bienvenida, y luego de muchos años, nuestro boxeo pudo acudir a dos lides importantes casi al mismo tiempo, con dos escuadras competitivas, y de esa manera probar a figuras jóvenes en cuadriláteros foráneos, algo que se hacía muy complicado en temporadas anteriores.
El plantel que acaba de coronarse ahora en Rumanía es prácticamente el mismo que la semana anterior venció a México en el tope de cara a la venidera Serie Mundial (semiprofesional), es decir, que en pocos días debieron hacer un apreciable ajuste técnico-táctico, para volver a enfundarse las cabeceras y las camisetas, y pasar de cinco asaltos a tres.
Tal adaptación quizás sea necesario volver a hacerla el próximo mes, cuando se combata en el Campeonato Mundial y luego en la Serie Mundial, por eso era vital comprobar el estado físico y técnico de las segundas figuras, que de seguro tendrán protagonismo en la Serie, por lo exigente del calendario.
Los cuatro campeones en suelo rumano, y los tres en el Panamericano de Chile, fueron los que más titulares acapararon, pero en general todos los competidores salieron ganando, al experimentar en carne propia el aquello de subir al ring en nombre de Cuba.
Los análisis individuales no deben faltar, entre ellos uno bien serio en los 75 kilogramos, porque ni el subcampeón de Beijing-2008 Carlos Banteur ni Yasiel Despaigne convencieron en sus salidas.
La concurrencia simultánea a estas competiciones demuestra que hay talento para trabajar, más allá de si Rusia fue con un equipo de relleno a Rumanía, o los propios anfitriones ya no tienen el poderío de antes, o no pudimos ganar el Panamericano.

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