jueves, 30 de octubre de 2014

El balk increíble


Por Lemay Padrón Oliveros

Las reglas están ahí, en blanco y negro y bien claras. Pero como mismo un árbitro ya no saca casi nunca roja directa a un portero que comete un penal, porque lo estaría castigando por partida triple, se debe sopesar muy bien la situación de cada juego para no caer en extremismos.
Sucedió este martes en el duelo Industriales-Matanzas, jugado como si fuera una postemporada, como debieran jugarse todos los desafíos de esta fase donde cada derrota puede ser fatal. Matanzas tenía las bases llenas y, según el árbitro principal del encuentro, Jorge Luis Pérez, el lanzador Armando Balaguer se demoró ex profeso.
Sí, porque solamente interpretando la demora como intencional se acepta que se le decrete balk cuando hay hombres en base, pues según otra regla, un poco contradictoria, cuando existen hombres en circulación no se le puede decretar bola a un lanzador por demorarse en realizar su envío. O sea, no se le puede decretar una bola, que a lo mejor no tiene consecuencia, y sí un balk, que automática le da una base más a cada corredor. Esto es un poco paradójico, pero en fin, es la regla.
El resultado fue que se decretó la violación, y los yumurinos se pusieron delante 6x5, o sea, lo que entró no fue una carrera cualquiera, sino una que pudo decidir el choque. Por suerte los matanceros ganaron luego de manera irrefutable, pero vale la alerta para futuros encuentros.
Como dice el viejo chiste de locos: ¡Hay que tener pulmones! ¿Cómo se le ocurre al árbitro tomar una decisión como esa, en un momento tan álgido? Al menos, debió advertir al lanzador y al manager de lo que estaba sucediendo, DE MANERA EVIDENTE, que lo viera todo el mundo, antes de tomar esa decisión.
Todos los contextos no son iguales, y aunque lo respalde el reglamento, la peor pesadilla para cada imparcial debe ser decidir un juego, y este tipo de decisiones pueden hacerlo. No se trata de dejarse mangonear por un pitcher, simplemente con hacer la advertencia se hubiera evitado todo el revuelo, porque Pérez se hubiera eximido de responsabilidades y las críticas irían hoy para el lanzador o el manager.
Lo que me niego a aceptar es que haya algo más detrás, porque este fue el mismo árbitro que expulsó a Vargas en la pasada Serie (por interpretar que le estaba protestando los conteos al dirigirse a su receptor), en aquella acción que incluso conllevó una carta pública del mentor, y en una entrada anterior le quiso negar al DT capitalino el derecho de ir a preguntarle por un reclamo de su par yumurino. Ojalá todo haya sido nada más una cuestión de apreciación.

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