Por Lemay
Padrón Oliveros
Como hay
tiempo de sobra todavía para el siguiente campeonato, y según se ha dicho,
todavía no se ha tomado una decisión definitiva, sería bueno abrir un debate
sobre cómo debería ser el torneo que concentraría a los mejores peloteros de
Cuba tras la venidera Serie Nacional.
Lo
primero es definir la cantidad de equipos. El torneo de este tipo que funcionó
durante mayor tiempo fueron las Series Selectivas, donde ocho planteles
luchaban por el trono, pero ese formato contemplaba a Pinar del Río y Matanzas,
que hoy juegan como provincia en la Serie
Nacional, y por ende ya no procede.
Luego se
probó con cuatro elencos, donde la calidad estaba bien concentrada, pero
tampoco funcionó. En mi criterio son muy pocos conjuntos para una lid que
pretende ser la principal atracción, porque aburre jugar tantas veces contra un
mismo rival en tan poco tiempo. Yo me quedaría con seis, para efectuar un
mínimo de 45 juegos, con tres subseries de tres juegos contra cada rival. Sería
un buen complemento para un calendario que si mantiene los 16 participantes en
su primera etapa (a dos subseries contra el resto) podría rondar los 140 desafíos,
cifra cercana a lo que se juega en los torneos más importantes del mundo.
Entraríamos
entonces en la conformación de las nóminas. Por tradición, el aficionado cubano
está acostumbrado a identificarse con los peloteros de su región, pero los años
recientes con los refuerzos han demostrado que eso no es tan así. Las
principales plazas de la pelota cubana: Pinar del Río, La Habana, Villa Clara y
Santiago, deben ser sedes fijas, con el nombre que escojan sus seguidores:
Vegueros, Leones, Azucareros, Avispas, como quieran ponerle. Las otras dos
sedes pudieran ser hoy mismo Matanzas y Ciego de Ávila, por la labor de sus
equipos, los méritos ganados como anfitriones y la infraestructura que poseen
para acoger a jugadores de otros territorios. Por lógica, todo el mundo quiere
tener su franquicia, pero deben evaluarse todos estos aspectos, y cuando otra
provincia supere integralmente a las mencionadas, se ganaría el derecho de
alojar al elenco X, mientras mantenga su categoría.
Ahora
bien, esos planteles no los integrarían exclusivamente peloteros de los
territorios mencionados, aunque tampoco descartaría totalmente el criterio
regional. Yo propondría que 25 de los 30 integrantes de la nómina fueran “de la
zona”, entiéndase Pinar y Artemisa para el elenco más occidental, Habana y
Mayabeque para el de la capital, Matanzas y la Isla para el yumurino, Cienfuegos, Sancti
Spíritus y Villa Clara para el central, Ciego, Camagüey y Las Tunas para el
avileño, y Holguín, Santiago, Granma y Guantánamo para el oriental. Dejo los
cinco restantes jugadores por si en algún territorio hay exceso de defensores
de una misma posición, y entonces ese “sobrante” pudiera reforzar otra nómina.
Esto es
apenas una idea personal, seguramente la Comisión Nacional
quiere escuchar la mayor cantidad de propuestas, así que exprese la suya, a lo
mejor es la más adecuada.
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